En la época romana, la localidad está bajo la influencia del triángulo formado por las villas de Tarazona, Tresjuncos y Valeria. Tras ello, el esfuerzo por el dominio del territorio hace que se asienten junto al río Valdemembra almohades, moriscos y más tarde cristianos, fruto de una repoblación que en esta zona comienza a mediados del siglo XII.