Tras el dominio árabe el rey de Castilla, Alfonso VIII, reconquista la ciudad de
Cuenca en 1177, también se reconquistaron las villas de
Alarcón en 1184 e
Iniesta en 1186 estableciéndose el Fuero de Cuenca para favorecer la repoblación de este territorio. Durante esta época, unos vecinos de Alarcón viajaron 4 leguas hacia el sur fundando el
pueblo, al principio como aldea dependiente de Alarcón y regido bajo la jurisdicción del Señorío de Villena y de la Corona de Castilla.