VILLAREJO DE FUENTES: No, MILAGROS, no se me han olvidado las rodillas, ya...

No, MILAGROS, no se me han olvidado las rodillas, ya que, cuando era jovencito, era lo único que, algunas veces, podíamos verles a las chavalas...
También me acuerdo porque un maestro de San Clemente, cuando nos portábamos demasiado bien, nos ponía de rodillas con un garbanzo debajo. Tú crees que eso se puede olvidar fácilmente?
Y de machista nada, que soy un ferviente defensor del mal llamado sexo débil
Los hombres con los hombres y las mujeres conmigo, eah!
Un abrazo
AQUILINO.