El pilar de Villarejo, que fué durante muchos años el abrevadero de toda clase de animales de labranza. Incluso se acercaban a beber las cabrillas de la DULA, ¡Que tiempos aquéllos!, aunque estas por la altura que tenía el pilar, tenian más dificultad en beber, ahí tambien saciaban su sed cada día del año.
Los chicos y menos chicos, tambien solíamos beber de los caños laterales. Había que apoyarse en el reborde superior del caño, con las manos y hacer una genuflexión hasta acercarse a este con la boca para artarse de agua. Algun que otro chiquillo se había caido adentro y dado un baño contra su voluntad; otros haciamos como que nos caíamos pero era para refrescarse de la canícula de aquéllos veranos.
Los chicos y menos chicos, tambien solíamos beber de los caños laterales. Había que apoyarse en el reborde superior del caño, con las manos y hacer una genuflexión hasta acercarse a este con la boca para artarse de agua. Algun que otro chiquillo se había caido adentro y dado un baño contra su voluntad; otros haciamos como que nos caíamos pero era para refrescarse de la canícula de aquéllos veranos.