Dulcinea, yendo por la carretera que tu dices se ve esta vista de las canteras más o menos.
Mira las canteras están en la carretera de Fuentelespino a un kilómetro de Villarejo. Las hay a los dos lados de la carretera, aunque las del lado izquierdo están muy deterioradas y las entradas casi tapadas por piedras producto de los barrenos de dinamita, que se les ponía y usaban para su extracción que después eran utilizadas para quemar en el horno del tejar de mi amigo Juliete para hacer yeso.
Las de la parte derecha, que son estas que yo visité aun permanecen en buen estado aunque por las huellas que vi por ahí, sólo debe de entrar alguna vez el ganado de pastoreo de Villarejo. Cuando eramos niños ya adolescentes íbamos a veces a curiosear por ellas sobre todo los días de jueves lardero, a comernos la tortilla y al final acabábamos jugando dentro de ellas o metiéndonos en alguno de los grandes charcos que allí había. Hoy estos humedales han desaparecido.
Estas canteras de Villarejo, así como las de Tirrejoncillo del Rey, Palomares del Campo y de otros pueblos de Cuenca fueron explotadas por los romanos para la extracción de piedras pero sobre todo para buscar vetas del llamado espejillo o espejuelo que lo hacían servir para hacer con sus láminas traslúcidas, ventenas. En los restos romanos de la cuidad de Mérida aun se conservan ventanales hechos con este material en cuyo tratamiento eran unos verdaderos artistas. Un saludazo grande desde Castefa.
Mira las canteras están en la carretera de Fuentelespino a un kilómetro de Villarejo. Las hay a los dos lados de la carretera, aunque las del lado izquierdo están muy deterioradas y las entradas casi tapadas por piedras producto de los barrenos de dinamita, que se les ponía y usaban para su extracción que después eran utilizadas para quemar en el horno del tejar de mi amigo Juliete para hacer yeso.
Las de la parte derecha, que son estas que yo visité aun permanecen en buen estado aunque por las huellas que vi por ahí, sólo debe de entrar alguna vez el ganado de pastoreo de Villarejo. Cuando eramos niños ya adolescentes íbamos a veces a curiosear por ellas sobre todo los días de jueves lardero, a comernos la tortilla y al final acabábamos jugando dentro de ellas o metiéndonos en alguno de los grandes charcos que allí había. Hoy estos humedales han desaparecido.
Estas canteras de Villarejo, así como las de Tirrejoncillo del Rey, Palomares del Campo y de otros pueblos de Cuenca fueron explotadas por los romanos para la extracción de piedras pero sobre todo para buscar vetas del llamado espejillo o espejuelo que lo hacían servir para hacer con sus láminas traslúcidas, ventenas. En los restos romanos de la cuidad de Mérida aun se conservan ventanales hechos con este material en cuyo tratamiento eran unos verdaderos artistas. Un saludazo grande desde Castefa.