VILLAREJO DE FUENTES: ... de encrucijadas; en las cuales no se gana otra...

... de encrucijadas; en las cuales no se gana otra cosa que sacar rota la cabeza, o una oreja menos. Tened paciencia; que aventuras se ofreceran donde no sólo os pueda hacer gobernador, sino más adelante.
Agradeciendoselo mucho Sancho y, besandole otra vez la mano, y la falda de la loriga, le ayudó asubir sobre rocinante, y él subió sobre su asno y comenzó a s eguir a su señor, que, a paso tirado, sin despedirse ni hablar más con las del coche, se entró por un bosque que allí junto estaba. Seguíale Sancho, a todo trote de su jumento, pero caminaba tanto el rocinante, que, viendose quedar atrás, le fué forzoso dar voces asu amo, diciendo que se aguardase. Hízolo así Don Quijote, teniendo las riendas a Rocinante hasta que llegase su cansado escudero, el cual en llegando le dijo:
-Paréceme señor, que sería necesario irnos a retraer a alguna iglesia; que, según quedó maltrecho aquél con quien os combatistes, no será mucho que den noticia del caso a la Santa Hermandad, y nos sorprendan, y a fe que si lo hacen, que primero que salgamos de la carcel, que nos ha de sudar el hopo....