RELATO DE
UNA VISITA A UN PUEBLO CASTELLANO
HOMEAJE A SU GENTE SENCILLA Y ENTRAÑABLE
--ooOOoo--
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Esta historia, no la toméis por real, tan solo pretende ser un cuento, por supuesto un cuento mal contado, tampoco es una crónica, a lo sumo y si el lector es benevolente se podría decir que es un modesto relato de escasa, más bien exigua inspiración y tan plagado de incorrecciones literarias como falto de técnica gramatical.
Entro pues en el relato, anunciando un puñado de preámbulos, y sea el primero advertir de que el pueblo del que hablaré lo conocí por primera vez, muchas décadas atrás, en mi juventud, y del que ahora cuento, es el mismo, solo que visto y sentido con los ojos de mi presente madurez.
Por respeto y por cariño, al pueblo y a sus pobladores, a más de por no herir ni modestias ni sentimientos, que no es ni lejana intención, me abstendré de mencionar nombres. Pero si por veleidades del destino el relato llegara a manos y lectura de quienes conocen mis querencias, dejo algunas pistas, si se adivinaran, que nadie se sienta ni aludido ni molestado, pues me repito, no es esa la intención, más bien lo contrario, que solamente piense con benevolencia, que mi visión es hoy tan mala, como siempre ha sido mi capacidad para describirla.
Os traslado en mi relato a la Mancha Castellana, tierra de llanuras, de suaves oteros, de clima áspero, a veces feroz, tierra rala de árboles, terruño que solo da fruto con el constante sacrificio y esfuerzo de quien la cuida, de quien la libera de abrojos, cardos, hiedra y barzal, para obtener de ella el pan del día a día y poco más, y eso, los años en que la lluvia la bendice, el viento la mies no acama, ni los pedriscos rompen las espigas.
La villa en cuestión, de cuyo nombre me acuerdo y sé su lugar, más no quiero en esta ocasión mencionar, se adorna con múltiples iglesias, cenobios e imponentes casas blasonadas.
Otrora esta villa fue cuna de familias nobles y se da por certeza que en ella nacieron insignes prelados cuyo recuerdo no es mito ni leyenda si no historia comprobada, hoy puede que no alumbre con tanta abundancia clérigos ilustres pero sigue siendo paridera de recios castellanos, más notables por su trabajo, ingenio y callado sacrificio que por su aristocrática cuna.
Es la villa de mi relato, vecina y muy cercana, a otra de similar empaque histórico, pero más poblada, y que por capricho de quienes en algún pasado siglo dividieron legados feudales, la dotaron de notario, juez y jugado y por ende de la dudosa honra de tener depósito carcelario y alguaciles. Mas también puede ser conocida esta ultima villa de que ahora os hablo por los abundantes restos de un castillo que vivió mejores tiempos y del que se dice que fue retiro y morada de nada menos que de una Emperatriz de Francia, esposada con Napoleón III, nacida en España y cristianada con el nombre de Eugenia de Montijo, y más modernamente escenario de ordalías, justas y torneos cinematográficos del burgalés Rodrigo Díaz de Vivar apodado por moros valencianos “Mío Cid”, mítico guerrero mercenario, unas veces a sueldo y fortuna de reyezuelos cristiano y otras de cabecillas moros, y al que algún historiador, un tanto chovinista por lo que se ve, dio en llamar “El Cid Campeador”, todo ello y por supuesto en versión cinematográfica de Charlton Heston. Ya que el tal Mio Cid ni siquiera los cascos de su caballo Babieca hollaron estas tierras. Al menos ningún historiador lo menciona. Que yo sepa.
A muy pocas leguas de ambos pueblos anduvieron desfaciendo entuertos el Caballero Quijano y su orondo escudero Sancho, según contó al mundo la ágil pluma y portentoso talento de un mutilado en batalla naval, por más señas recaudador de reales tributos que sus deslices y descuadres le llevaron a conocer prisión.
Presumo que ya van suficientes preámbulos y retomo mi relato sobre la villa de la que en realidad quiero hablaros, quedan en ella todas las nobles sillerías y blasones que en mi juventud me impresionaron, se corona con imponentes iglesias formidablemente fortificadas, nadie sabe si defendiendo en recatada oración la fe que las creó, o como baluartes militares protegiendo señoríos cristianos, o tal vez por que fueron levantadas en otrora por ser tierra disputada por nobles señoríos.
Si ahora contemplarais el interior de estos templos, reconstruidos, rehabilitadas sus naves, cruceros, linternas, atrios, capillas, cuadros, imágenes y retablos, os maravillará además de su belleza actual, el recapacitar sobre los dones que la providencia derramó sobre los artesanos que con infinita paciencia y agotador esfuerzo supieron legarnos trabajos tan sólidos en su exterior como primorosos en su interior.
No es que yo naciera en este pueblo, ni tampoco mis padres, estos provienen de otro de igual partido del que otro día quisiera hablaros. Pero si tuve la dicha de conocer este pueblo, es por que en el habita hoy la segunda generación de familiares de mi apellido y sangre, mantengo mi promesa inicial y no diré nombres propios, pero dejo para los avispados una pista; a mi pariente, el que vive allí, le bautizaron con el mismo nombre que el de un pueblo navarro a orillas del río Aragón, de donde casualmente es oriundo un Francisco inscrito en el Santoral Romano.
A este pariente, al que tengo especial afecto, últimamente le sacudo de vez en cuando alguna que otra visita inesperada, atraído por su hospitalidad y por la serena y sencilla belleza de su pueblo, muchas veces mi presencia se excusa en motivos baladíes, como aquello tan socorrido de “...... pasaba por ahí cerca y vengo a saludaros...”, y digo saludaros por que tiene, como manda Dios, la salud y las buenas costumbres del lugar, y sobre todo, una encantadora esposa, que a más de hospitalaria paciente, posee las virtudes naturales de las mujeres de la austera
UNA VISITA A UN PUEBLO CASTELLANO
HOMEAJE A SU GENTE SENCILLA Y ENTRAÑABLE
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Esta historia, no la toméis por real, tan solo pretende ser un cuento, por supuesto un cuento mal contado, tampoco es una crónica, a lo sumo y si el lector es benevolente se podría decir que es un modesto relato de escasa, más bien exigua inspiración y tan plagado de incorrecciones literarias como falto de técnica gramatical.
Entro pues en el relato, anunciando un puñado de preámbulos, y sea el primero advertir de que el pueblo del que hablaré lo conocí por primera vez, muchas décadas atrás, en mi juventud, y del que ahora cuento, es el mismo, solo que visto y sentido con los ojos de mi presente madurez.
Por respeto y por cariño, al pueblo y a sus pobladores, a más de por no herir ni modestias ni sentimientos, que no es ni lejana intención, me abstendré de mencionar nombres. Pero si por veleidades del destino el relato llegara a manos y lectura de quienes conocen mis querencias, dejo algunas pistas, si se adivinaran, que nadie se sienta ni aludido ni molestado, pues me repito, no es esa la intención, más bien lo contrario, que solamente piense con benevolencia, que mi visión es hoy tan mala, como siempre ha sido mi capacidad para describirla.
Os traslado en mi relato a la Mancha Castellana, tierra de llanuras, de suaves oteros, de clima áspero, a veces feroz, tierra rala de árboles, terruño que solo da fruto con el constante sacrificio y esfuerzo de quien la cuida, de quien la libera de abrojos, cardos, hiedra y barzal, para obtener de ella el pan del día a día y poco más, y eso, los años en que la lluvia la bendice, el viento la mies no acama, ni los pedriscos rompen las espigas.
La villa en cuestión, de cuyo nombre me acuerdo y sé su lugar, más no quiero en esta ocasión mencionar, se adorna con múltiples iglesias, cenobios e imponentes casas blasonadas.
Otrora esta villa fue cuna de familias nobles y se da por certeza que en ella nacieron insignes prelados cuyo recuerdo no es mito ni leyenda si no historia comprobada, hoy puede que no alumbre con tanta abundancia clérigos ilustres pero sigue siendo paridera de recios castellanos, más notables por su trabajo, ingenio y callado sacrificio que por su aristocrática cuna.
Es la villa de mi relato, vecina y muy cercana, a otra de similar empaque histórico, pero más poblada, y que por capricho de quienes en algún pasado siglo dividieron legados feudales, la dotaron de notario, juez y jugado y por ende de la dudosa honra de tener depósito carcelario y alguaciles. Mas también puede ser conocida esta ultima villa de que ahora os hablo por los abundantes restos de un castillo que vivió mejores tiempos y del que se dice que fue retiro y morada de nada menos que de una Emperatriz de Francia, esposada con Napoleón III, nacida en España y cristianada con el nombre de Eugenia de Montijo, y más modernamente escenario de ordalías, justas y torneos cinematográficos del burgalés Rodrigo Díaz de Vivar apodado por moros valencianos “Mío Cid”, mítico guerrero mercenario, unas veces a sueldo y fortuna de reyezuelos cristiano y otras de cabecillas moros, y al que algún historiador, un tanto chovinista por lo que se ve, dio en llamar “El Cid Campeador”, todo ello y por supuesto en versión cinematográfica de Charlton Heston. Ya que el tal Mio Cid ni siquiera los cascos de su caballo Babieca hollaron estas tierras. Al menos ningún historiador lo menciona. Que yo sepa.
A muy pocas leguas de ambos pueblos anduvieron desfaciendo entuertos el Caballero Quijano y su orondo escudero Sancho, según contó al mundo la ágil pluma y portentoso talento de un mutilado en batalla naval, por más señas recaudador de reales tributos que sus deslices y descuadres le llevaron a conocer prisión.
Presumo que ya van suficientes preámbulos y retomo mi relato sobre la villa de la que en realidad quiero hablaros, quedan en ella todas las nobles sillerías y blasones que en mi juventud me impresionaron, se corona con imponentes iglesias formidablemente fortificadas, nadie sabe si defendiendo en recatada oración la fe que las creó, o como baluartes militares protegiendo señoríos cristianos, o tal vez por que fueron levantadas en otrora por ser tierra disputada por nobles señoríos.
Si ahora contemplarais el interior de estos templos, reconstruidos, rehabilitadas sus naves, cruceros, linternas, atrios, capillas, cuadros, imágenes y retablos, os maravillará además de su belleza actual, el recapacitar sobre los dones que la providencia derramó sobre los artesanos que con infinita paciencia y agotador esfuerzo supieron legarnos trabajos tan sólidos en su exterior como primorosos en su interior.
No es que yo naciera en este pueblo, ni tampoco mis padres, estos provienen de otro de igual partido del que otro día quisiera hablaros. Pero si tuve la dicha de conocer este pueblo, es por que en el habita hoy la segunda generación de familiares de mi apellido y sangre, mantengo mi promesa inicial y no diré nombres propios, pero dejo para los avispados una pista; a mi pariente, el que vive allí, le bautizaron con el mismo nombre que el de un pueblo navarro a orillas del río Aragón, de donde casualmente es oriundo un Francisco inscrito en el Santoral Romano.
A este pariente, al que tengo especial afecto, últimamente le sacudo de vez en cuando alguna que otra visita inesperada, atraído por su hospitalidad y por la serena y sencilla belleza de su pueblo, muchas veces mi presencia se excusa en motivos baladíes, como aquello tan socorrido de “...... pasaba por ahí cerca y vengo a saludaros...”, y digo saludaros por que tiene, como manda Dios, la salud y las buenas costumbres del lugar, y sobre todo, una encantadora esposa, que a más de hospitalaria paciente, posee las virtudes naturales de las mujeres de la austera
Eduardo escribes muy bien, de verdad te lo digo, lo haces de una forma muy bonita y no tienes nada que envidiarle a los escritores, estoy seguro que habrá más de uno que publique sus libros que no lo hagan también ni tengan tu talento.
Cuando veo tus cuentos me quedo pegada a la pantalla del ordenador disfrutando de su lectura. Me das una envidia horrible.
Tú relato me encanta, me siento muy cercana porque de saber describirlo lo hubiese hecho exactamente igual que tú, retrata de manera exacta y fehaciente lo que acontece en estos actos festivos religiosos que se dan lugar en todos los pueblos de la comarca y solo varia en ellos las imágenes a las que se veneran y la cara de los parroquianos por lo demás es un calco de un pueblo a otro, la puesta en escena es la misma. Tu definición encajaría perfectamente en cualquiera de ellos por tanto se pueden dar por aludidos en muchas poblaciones de la zona, tanto da que el nombre del pueblo sea uno u otro, la esencia es la misma en todos.
Me he reído un montón mientras que lo iba leyendo, no porque no sea serio e interesante sino por la introducción que has hecho al principio de la cara que ponía tú primo al leerlo. Yo me lo iba imaginando según iba leyendo y también de lo que diría mi madre y muchos/as si lo leyesen, no le parecería nada correcto que lo describieras de esta manera que es la real o verdadera, para ellos esto es como ponerles un espejo delante y la imagen que les devuelve nos les gusta nada verse así, por eso dicen que es una distorsión y se enfadan muchísimo te llamarían sacrílego ja, ja, jaa, hablar así de esa manera de un acto religioso y de ellos mismos lo verían irreverente como una falta de respeto. Por eso se escandalizo tu primo y lo harían muchos más. Se muy bien como piensan y como sienten, estoy muy cercana a ellos aunque no acabo de encajar tengo una visión diferente a la suya que a veces choca y chirria en su forma de hacer o en la mía, no lo sé.
Doy por concluido este apartado y paso a otro;
Ahora te toca un cariñoso rapapolvo no todo van a ser buenas palabras, todo tiene su cara y su cruz;
A ver guapito de cara, nosotros elogiando (de forma merecida) tu trabajo y tú que? No dices nada de nuestras fotos, ponemos fotos guapísimas y tú nada de nada, solo tienes ojos para el arte literario. Ayer puse una tarjeta muy bonita (no necesito abuela) para felicitar a P. Collado, en nombre de todos los participantes de la página y tú pasaste por aquí sin felicitar siquiera.
Ya se que dirás que no lo conoces y que no quieres ser entrometido, a lo que yo te contesto: Qué P. Collado ya se presento, te dio la bienvenida para entablar amistad y no le contestaste. Estoy segura que no verías su mensaje porque sino con lo educado que eres no lo hubieses pasado alto sin corresponder a su cordial saludo. Hay que ver lo despistados que sois todos los hombres de esta página ¡Eh! Kastefa……. Ja, ja, ja y no quiero mirar a nadie.
Rescato el mensaje de P. Collado y te lo pongo para que puedas verlo.
mis felicitaciones a dulcinea
Respuesta al mensaje, enviado el 02/05/2013 a las 18:38 por eduardo:
Hola Eduardo, primero es lo primero, darle la bienvenida a la Web de Villarejo y a su foro, aunque somos pocos los que escribimos en ella, es sabido que hay quien la mira, pero no se atreven a escribir.
Me presento me llamo Pedro Collado Ortiz, hijo de Amós Collado y Emiliana Ortiz
nieto de Faustino Collado (jote) Alejandra Navarro (Pipi), te doy solo los paternos, como se imaginara son los que mas puede conocer Usted.
Un cordial saludo: P. Collado.
------------------------------ ----------------------
Has visto que mensaje tan bonito te mando P. Collado es muy majete.
Ya con esto doy por concluido el mensaje.
Eduardo recibe un fuerte abrazo para que esas flores sigan floreciendo y llenen tu vida de color y aromas agradables.
Saludos: Dulcinea
Cuando veo tus cuentos me quedo pegada a la pantalla del ordenador disfrutando de su lectura. Me das una envidia horrible.
Tú relato me encanta, me siento muy cercana porque de saber describirlo lo hubiese hecho exactamente igual que tú, retrata de manera exacta y fehaciente lo que acontece en estos actos festivos religiosos que se dan lugar en todos los pueblos de la comarca y solo varia en ellos las imágenes a las que se veneran y la cara de los parroquianos por lo demás es un calco de un pueblo a otro, la puesta en escena es la misma. Tu definición encajaría perfectamente en cualquiera de ellos por tanto se pueden dar por aludidos en muchas poblaciones de la zona, tanto da que el nombre del pueblo sea uno u otro, la esencia es la misma en todos.
Me he reído un montón mientras que lo iba leyendo, no porque no sea serio e interesante sino por la introducción que has hecho al principio de la cara que ponía tú primo al leerlo. Yo me lo iba imaginando según iba leyendo y también de lo que diría mi madre y muchos/as si lo leyesen, no le parecería nada correcto que lo describieras de esta manera que es la real o verdadera, para ellos esto es como ponerles un espejo delante y la imagen que les devuelve nos les gusta nada verse así, por eso dicen que es una distorsión y se enfadan muchísimo te llamarían sacrílego ja, ja, jaa, hablar así de esa manera de un acto religioso y de ellos mismos lo verían irreverente como una falta de respeto. Por eso se escandalizo tu primo y lo harían muchos más. Se muy bien como piensan y como sienten, estoy muy cercana a ellos aunque no acabo de encajar tengo una visión diferente a la suya que a veces choca y chirria en su forma de hacer o en la mía, no lo sé.
Doy por concluido este apartado y paso a otro;
Ahora te toca un cariñoso rapapolvo no todo van a ser buenas palabras, todo tiene su cara y su cruz;
A ver guapito de cara, nosotros elogiando (de forma merecida) tu trabajo y tú que? No dices nada de nuestras fotos, ponemos fotos guapísimas y tú nada de nada, solo tienes ojos para el arte literario. Ayer puse una tarjeta muy bonita (no necesito abuela) para felicitar a P. Collado, en nombre de todos los participantes de la página y tú pasaste por aquí sin felicitar siquiera.
Ya se que dirás que no lo conoces y que no quieres ser entrometido, a lo que yo te contesto: Qué P. Collado ya se presento, te dio la bienvenida para entablar amistad y no le contestaste. Estoy segura que no verías su mensaje porque sino con lo educado que eres no lo hubieses pasado alto sin corresponder a su cordial saludo. Hay que ver lo despistados que sois todos los hombres de esta página ¡Eh! Kastefa……. Ja, ja, ja y no quiero mirar a nadie.
Rescato el mensaje de P. Collado y te lo pongo para que puedas verlo.
mis felicitaciones a dulcinea
Respuesta al mensaje, enviado el 02/05/2013 a las 18:38 por eduardo:
Hola Eduardo, primero es lo primero, darle la bienvenida a la Web de Villarejo y a su foro, aunque somos pocos los que escribimos en ella, es sabido que hay quien la mira, pero no se atreven a escribir.
Me presento me llamo Pedro Collado Ortiz, hijo de Amós Collado y Emiliana Ortiz
nieto de Faustino Collado (jote) Alejandra Navarro (Pipi), te doy solo los paternos, como se imaginara son los que mas puede conocer Usted.
Un cordial saludo: P. Collado.
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Has visto que mensaje tan bonito te mando P. Collado es muy majete.
Ya con esto doy por concluido el mensaje.
Eduardo recibe un fuerte abrazo para que esas flores sigan floreciendo y llenen tu vida de color y aromas agradables.
Saludos: Dulcinea
Entrañable Dulcinea.:
Este mensaje al que con agrado correspondo, contiene su mucho de azúcar y su poco de acíbar.
En cuanto a tu torrente de elogios, exageras, de verdad, puede que alguna facilidad me dio mi creador para el rejunte de letras, pero en plan muy modestito, sin embargo espero que después de la excelente agente literaria con que he entrado en relación pueda hacer tintinear en mis bolsillos alguna calderilla por mis cuatro escrituras tontas.
Sobre las fotos.: Tienes, como en todos los casos mil razones, nunca las he mencionado, no por que no me gusten, si no por envidia, NO SE NI TENGO EQUIPO PARA TRANSMITIRLAS, ahora bien, te aseguro que me he revisado todas las que tenéis publicado de cabo a rabo, en algunas la nostalgia me ha hecho mella, en otras la envidia, y sin ocultar que trataba de localizar familias o casas que en su tiempo levantó mi padre.
Me haría enormemente feliz poder transmitiros unas fotos de mi pequeño jardín, no es gran cosa, pero son flores que han surgido en primer lugar por mi deseo, en segundo por mi dedicación, las hay cien veces mejores, pero no son mías.
Con tu perspicacia no se te ha pasado a que pueblos me refería, si existen Grandes de España, tu mereces sin duda ser Grande de Cuenca, en cuanto a Belmonte en mis viajes por la Mancha suele ser mi lugar de hospedaje en el Hotel Palacio de Buenavista, (Tres estrellas a precio de cinco) que tiene su morbo, pues como tu sabes también como yo, con anterioridad fue el cuartelillo de la guardia civil en la época del "Crimen de Cuenca" y cuando me asignan habitación me ronda por mis fantasías si no será allí precisamente donde fueron torturados Gregorio Valero y Juan Sánchez.
He sido guía ocasional de Belmonte para amigos y familiares de Valencia, Castellón y Barcelona, pese a ello, la ultima vez que estuve allí no me dijeron, no me enteré de la restauración de castillo, tengo que volver a visitarlo, si todo el artesonado que en tan malas condiciones vi en tiempo pasado lo han recuperado, será una de las mas hermosas galerías palaciegas de Castilla.
Al hilo de tus comentarios.: Hubo en España un tiempo que fue noche, en donde se decretó el reino de la ignorancia, la incultura era la herencia entre otros del famoso Goering que decía "Cuando me hablan de intelectuales hecho mano rápidamente a mi pistola" Todo el mundo sabia donde estaba Saelices, pero pocos que era y que representaba Segobriga, de Tarancon, su única fama fue la explosión de su polvorín sin que nunca se supiera el numero de victimas, en Osa de la Vega las minas romanas eran simplemente unas colinas llamadas las "Horadás", Uclés no existía ni en su historia del siglo XV cuando fue conquista y sepultura de Jorge Manrique, ni en el siglo XX cuando se convirtió en cruel y despiadada cárcel franquista especialmente elegida para represaliados condenados a muerte, en su termino aún hay fosas con unos 600 (aprx.) asesinados pendientes de recuperación histórica. Se restauró la majestuosidad del monasterio, se olvidaron los sufrimientos y calvarios de los últimos pobladores por la fuerza de las armas.
Siempre agradecido por tan buenos consejos como merecidas "broncas", mantengo e incremento mis afectos y simpatías, y suplico dispensas por mis limitaciones.
Este mensaje al que con agrado correspondo, contiene su mucho de azúcar y su poco de acíbar.
En cuanto a tu torrente de elogios, exageras, de verdad, puede que alguna facilidad me dio mi creador para el rejunte de letras, pero en plan muy modestito, sin embargo espero que después de la excelente agente literaria con que he entrado en relación pueda hacer tintinear en mis bolsillos alguna calderilla por mis cuatro escrituras tontas.
Sobre las fotos.: Tienes, como en todos los casos mil razones, nunca las he mencionado, no por que no me gusten, si no por envidia, NO SE NI TENGO EQUIPO PARA TRANSMITIRLAS, ahora bien, te aseguro que me he revisado todas las que tenéis publicado de cabo a rabo, en algunas la nostalgia me ha hecho mella, en otras la envidia, y sin ocultar que trataba de localizar familias o casas que en su tiempo levantó mi padre.
Me haría enormemente feliz poder transmitiros unas fotos de mi pequeño jardín, no es gran cosa, pero son flores que han surgido en primer lugar por mi deseo, en segundo por mi dedicación, las hay cien veces mejores, pero no son mías.
Con tu perspicacia no se te ha pasado a que pueblos me refería, si existen Grandes de España, tu mereces sin duda ser Grande de Cuenca, en cuanto a Belmonte en mis viajes por la Mancha suele ser mi lugar de hospedaje en el Hotel Palacio de Buenavista, (Tres estrellas a precio de cinco) que tiene su morbo, pues como tu sabes también como yo, con anterioridad fue el cuartelillo de la guardia civil en la época del "Crimen de Cuenca" y cuando me asignan habitación me ronda por mis fantasías si no será allí precisamente donde fueron torturados Gregorio Valero y Juan Sánchez.
He sido guía ocasional de Belmonte para amigos y familiares de Valencia, Castellón y Barcelona, pese a ello, la ultima vez que estuve allí no me dijeron, no me enteré de la restauración de castillo, tengo que volver a visitarlo, si todo el artesonado que en tan malas condiciones vi en tiempo pasado lo han recuperado, será una de las mas hermosas galerías palaciegas de Castilla.
Al hilo de tus comentarios.: Hubo en España un tiempo que fue noche, en donde se decretó el reino de la ignorancia, la incultura era la herencia entre otros del famoso Goering que decía "Cuando me hablan de intelectuales hecho mano rápidamente a mi pistola" Todo el mundo sabia donde estaba Saelices, pero pocos que era y que representaba Segobriga, de Tarancon, su única fama fue la explosión de su polvorín sin que nunca se supiera el numero de victimas, en Osa de la Vega las minas romanas eran simplemente unas colinas llamadas las "Horadás", Uclés no existía ni en su historia del siglo XV cuando fue conquista y sepultura de Jorge Manrique, ni en el siglo XX cuando se convirtió en cruel y despiadada cárcel franquista especialmente elegida para represaliados condenados a muerte, en su termino aún hay fosas con unos 600 (aprx.) asesinados pendientes de recuperación histórica. Se restauró la majestuosidad del monasterio, se olvidaron los sufrimientos y calvarios de los últimos pobladores por la fuerza de las armas.
Siempre agradecido por tan buenos consejos como merecidas "broncas", mantengo e incremento mis afectos y simpatías, y suplico dispensas por mis limitaciones.