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VILLAREJO DE FUENTES: Hombre...... Si te refieres al ultimo, pues la verdad...

Y cuan feos y repugnantes para recibir al Todopoderoso. Los pelos enmarañados, las narices con costras, los ojos pitarrosos, el cuerpo escamoso recubierto de saín, mugre y roña.

¿Como presento a esta caterva? - gimió Eva – El Señor dirá que soy una descuidada, una mala madre …. ¡Claro, los hombres no saben lo que es bregar con tanto mocoso!

Después de bastantes dudas, escogió a tres que le parecieron los menos zarrapastrosos, los lavó y aseo, y a capones llevó a la triste y sarnosa grey de los restantes hasta el redil donde guardaban las bestias, encerrándolos y haciendo oídos sordos al coro de protestas.
Era la hora esperada, una nube luminosa de extrema albura descendida aproximándose desde el horizonte, y el espacio se llenaba de un intenso rumor de alas y melodías de coros celestiales que repetían con mastica monotonía … Hosanna … Aleluya... Hosanna ….. Aleluya ….
Ya echando pie a tierra, ya viniendo por los caminos, todos con tal resplandor que parecía que las estrellas del cielo habían bajado a pasear por entre los bancales de trigo.
Primero llegó un grupo de arcángeles formando el piquete de honor, envainaron sus espadas de fuego, dirigieron unos cuantos chicoleos a Eva, asegurando que por ella no pasaban años y aún estaba de buen ver, y con marcial franqueza se esparcieron después por los campos, aposentados sobre las ramas de los frutales e higueras, mientras Adán maldecía para sus adentros, dando por perdida su trabajada cosecha.
Después llegó el Señor, con su generosas y argentinas barbas, sobre su cabeza un triangulo de intenso resplandor áureo. Tras él, San Miguel y todos los santos ministros y empleados de la corte celestial.
Acogió el Señor a Adán con una sonrisa bondadosa, y a Eva le dio un golpe cito en el cogote, diciéndole.:
- Hola, buena pieza ¿Ya no eres tan ligera de cascos?
Emocionados por tanta amabilidad, la pareja ofreció al Señor su mejor asiento pétreo, recién labrado con la dureza de rústico martillo de pedernal y la paciencia y sudor de Adán.
¡Buen asiento, hijos míos! Ancho, cómodo, fuerte.
El Señor, acomodado muy a su gusto se enteraba de los quehaceres y sudores de Adán, de lo mucho que le costaba obtener el sustento de los suyos.
- Bien, muy bien – decía – Esto te enseñará a no ceder ante los consejos de tu mujer. ¿Creías que todo iba a ser la sopa boba del Edén? Rabia, hijo mio, trabaja y suda, así aprenderás a no atreverte con tus mayores.
Pero el Señor, apesadumbrado de su rudeza, añadió en tono bondadoso.
- Lo hecho, hecho está, y mi imprecación debe cumplirse. Yo solo tengo una palabra. Pero ya que he entrado en vuestra casa, no quiero irme sin dejar un recuerdo de mi bondad.
- A ver, Eva, acercame esos chicos.
Los tres arrapiezos formaron en fila frente al Altísimo, que los examinó atentamente un buen rato.
- Tú – dijo al primero, un atocinado muy serio que le escuchaba con las cejas fruncidas y un dedo explorando las cavernas de sus holgadas napias – Tu serás el encargado de juzgar a tus semejantes. Fabricarás la Ley, dirás lo que es delito, cambiando cada año de opinión, y someterás a todos, tanto probos, tunantes o criminales a una misma regla, que es como si a todos lo enfermos los curasen con la misma pócima.
Después señaló al otro, un moreno vivaracho, siempre con una vara en sus manos para sacudir a sus hermanos.
- Tu serás un batallador, te harás llamar Caudillo por la gracia de Dios, llevarás tras de ti a un enjambre de hombres como el pastor del rebaño que marcha al matadero, y, sin embargo, te aclamará la gente, y al verte cubierto por la sangre de los que derrotaste te admirará como un semidiós. Si los otros matan, serán criminales; pero por los que tu mates, serás héroe. Inunda de sangre los campos, pasa los pueblos a hierro y fuego, destruye, aniquila, y te cantarán los poetas, se contarán en aucas pueblo a pueblo tus victorias y escribirán tus hazañas los historiadores. Los que sin ser tú hagan lo mismo, sufrirán tormentos y arrastraran cadenas uncidas a sus pies y manos..
Reflexionó un momento el Señor, y se dirigió al tercero.
- Tu acapararás las riquezas y posesiones del mundo, serás comerciante, prestarás oro y dinero a reyes, obispos, emperadores y papas, tratándolos como a iguales, y así arruinarás a todo los pueblos, el mundo entero admirará tu habilidad.
El apurado Adán lloraba de agradecimiento, mientras Eva, inquieta y temblorosa, intentaba decir algo, sin decidirse a ello. En su corazón de madre se agitaba el remordimiento, pensaba en los pobretos encerrados junto a las bestias que iban a quedar excluidos del reparto de mercedes.
- Voy a enseñárselos – decía por lo bajo a su compañero.

Y éste, tímido siempre se oponía murmurando:
- Seria demasiada osadía, el Señor acabaría enfadado.
Justamente, el arcángel Miguel, que había venido de mala gana a la casa de aquellos réprobos, daba prisas a su Amo.
- Señor, que es tarde.
El Señor se levantó, la escolta de arcángeles, y bajando de arboles e higueras acudió rauda a presentar armas a la salida.
Eva, impulsada por su remordimiento, corrió al aprisco de las bestias y abriendo la puerta …...
- ¡Señor! Que aun quedan mas. Algo para estos pobretos.
El Todopoderoso miró con extrañeza aquella caterva roñosa y asquerosa que se agitaba entre el estiércol como un montón de gusanos.
- Nada me queda que dar – dijo – Sus hermanos se lo han llevado todo. Ya pensaré, mujer, ya veremos mas adelante.
San Miguel empujaba a Eva para que no importunase más al Amo, pero ella seguía suplicando.
- Algo, Señor, dales cualquier cosa. ¿Que van a hacer estos pobres en el mundo?
El Señor deseaba irse, y salió de la covacha.
- Ya tienen destino - dijo a la madre – Esos se encargarán de servir y mantener a los otros.
- Y de aquellos infelices – terminó el viejo segador – que nuestra primera madre ocultó en el aprisco, descendemos nosotros, unos, malvivimos encorvados sobre la tierra con una hoz en nuestra mano, otros forjando el duro pedernal y el hierro, atados al martillo con que se les da forma.


FIN

e. p. p.
sept. 2013

Muy buenos tus relatos. No se si eataránn basados en recuerdos o son de tu imaginación,, pero de una u otra manera ne gustan. Saludos.

Hombre...... Si te refieres al ultimo, pues la verdad es que costaría creer que son recuerdos.

Aunque por otra parte adivinas que la mayor parte (no todos) de mis escritos en formato relato o poético (es un decir) son producto de hechos conocidos, vividos o reales, evidentemente novelados por falta de un estudio histórico imposible de llevar a cabo.

Tengo que confesar sobre lo ultimo que siento una especial inclinación hacia todo aquello que fue causa o consecuencia de la guerra civil y del periodo de a dictadura.

Afectos.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
A ver Eduardo que he hecho el recuento de niños y me he dado cuenta que faltas tú también por saludar hoy.

Date por saludado.

Saludos: Dulcinea.