VILLAREJO DE FUENTES: ¡Hola Eduardo! ...

DIVINO REPARTO
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Siguiendo con mirada famélica como hervía la harina de almortas en el insulso caldo, para obtener como único condumio las paupérrimas gachas, los segadores escuchaban en medio del campo recién convertido en rastrojo al tío Correcabras, un anciano huesudo que dejaba salir por su mal abrochada camisa matorrales de pelos canosos.

Las caras resquebrajadas por el inmisericorde sol, el viento, el polvo y los insufribles tábanos, reflejaban las llamas de la hoguera, y así los cuerpos empapados en el sudor de la penosa jornada, saturando de grosera vitalidad la atmósfera ardiente de la lumbre campestre, convertida en mezquina cocina bajo un cielo en el que asentado ya el Sol en el horizonte esparcía sus últimos rayos violáceos, comenzando a brillar las estrellas, viéndose los campos pálidos en la penumbra del ocaso, unos ya segados, rastrojos vivos, exhalando aún, por el calor sofocante del día, cual mezcla de condena divina el sudor de los segadores, otros con ondulantes mantos de espigas se estremecían bajo los primeros soplos de la leve brisa anunciando la inminente negrura de la noche sin Luna.

Correcabras se quejaba quedamente del dolor de sus huesos. ¡Cuanto sufrimiento costaba mantenerse en esta perra vida!.

Y para esta pena, desde su veterana experiencia ya no veía remedio, siempre existirán pobres y ricos, y el que nace para sufrir tiene que resignarse. Ya se lo decía su abuela, la culpa era de Eva, de la primera mujer …. pero … ¿De que no tendrán ellas la culpa?

Y al ver que sus compañeros de cuadrilla mostraban curiosidad por enterarse de la culpa de Eva, el tío Correcabras comenzó a contar, la mala partida jugada por la primera mujer.

El suceso lo remontaba nada menos que a algunos años después de haber sido Eva desahuciada del Paraíso, con la maldición de ganarse el pan trabajando.

Adán se deslomaba todos los días destripando terrones y sufriendo por el buen fin de sus cosechas.

Eva, arreglaba en la puerta de su covacha sus zagalejos de hojas, y poblando aquel extrarradio del Paraíso con un chiquillo mas cada año, formándose en torno a ellos un enjambre de bocas que solo sabían pedir pan, poniendo en apuros al lastimoso padre.

De cuando en cuando revoloteaba por allí algún ángelote segundón, que venia a dar un vistazo al mundo para contar al Señor Dios como andaban las cosas después del primer pecado.

- Chiquillo.. pequeñín... - gritaba Eva al serafín con la mejor de sus sonrisas - ¿Vienes de arriba? … ¿Como está el Señor?. Cuando le hables dile que estoy compungida de mi caprichosa desobediencia …! Tan felizmente que lo pasábamos en el Paraíso!.. Dile, por favor, que trabajamos mucho, y solo queremos volver a verle para convencernos de que no nos guarda rencor.

- Se hará como pides, pero pienso que yo solo soy un aprendiz de ángel de segunda categoría y que mis opiniones pesan poco en el ambiente celestial.

Y con un ligero aleteo, visto y no visto, se perdía entre las nubes.

Menudeaban los recados de este genero sin que Eva fuese atendida. El Señor permanecía tan impasible como invisible, y según noticias, andaba muy ocupado en el arreglo de sus infinitos dominios, que no le dejaban un momento de reposo, se aseguraba incluso que dudaba si el descanso solo para el séptimo día de la creación de la Tierra no fue tiempo excesivamente breve.

Un buen día, un mensajero celestial se detuvo ante la covacha y …

- Escucha Eva, si esta tarde el Angel Caído no estropea el día, es posible que el Señor descienda para dar una vueltecita. Anoche, hablando con un coro de Ángeles y Arcángeles de Primera, se le oyó decir... ¿Que será de aquellos perdidos?

Eva quedó anonada por el honor que le suponía y llamó a gritos a Adán que estaba en un bancal vecino con el espinazo doblado. ¡La que se armó en la covacha!

Lo mismo que en la fiesta de nuestro pueblo – seguía contando el anciano Correcabras - Cuando las mujeres vuelven de las tiendas de la Capital después de comprar sus nuevas prendas para el jolgorio.

Eva barrió y regó la entrada de la covacha, así como aseó el rincón de la fogata para los guisotes, renovó la paja de todos los camastros, fregoteo con agua y arena las piedras para sentarse junto a la hoguera que en las noches propiciaba calor y luz, y entrando en el aseo de las personas se plantó su mejor conjunto de hojas de parra, endosando a Adán un taparrabos de hojas frescas de higuera que le había arreglado para los festivos, ignorando el prurito alérgico de este vegetal sobre piel tan sensible como la que tenia que posarse.

Ya creía tenerlo todo al corriente, cuando le llamó la atención el griterío de su numerosa prole. Eran.. veinte o más …. Dios sabe cuantos.

¡Hola Eduardo!

Hace días que no pasas por la página tú tampoco.

Esta tarde he vuelto a leer tu relato “ Divino Reparto”

Solo decirte que me gusta, esta muy redactado como los demás y esta historia es muy cercana a lo que estamos viviendo en el mundo hoy en día, de los malos repartos de la sociales, económicos y de justica que no es la misma para todos según se pedía en sus origines. Cambia muchísimo según la economía que tenga cada uno, del abogado que se pueda pagarse y del poder que ostente para presionar y disuadir a esta justica tan poco justa. Que siempre esta en manos de los que mandan en ese momento y aplican según su voluntad y tendencia política que haya en el momento. Los demás nos encontramos a merced de sus voluntades.

Ahora toca retroceder y perder derechos que habían tardado tantos años en recuperar o restablecer. Encubierta y veladamente van tendiendo sus redes para que todo esto se lleve a cabo sin que nos percatemos y nos levantaremos todos a una en una protesta que frenara lo que están tramando para un futuro muy próximo que ya es el presente que estamos viendo.

Si no nos levantamos todos ¡Ya! En un mismo grito de protesta y repulsa a estos recortes, que no son otra cosa que torcer voluntades, si no tienes trabajo, ni dinero para comer, ni casa, te hacen perder la dignidad, te humillan y no dejan manifestarte libremente porque te multan, esto es una total perdida de libertad que estamos sufriendo en estos años. A muchos les a tocado ya, a otros les llegara y cuando estemos todos en la red seremos menos que esos gusanos (los niños de Eva) que se movían entre el estiércol del aprisco.

Abrazosssssssss

Saludos: Dulcinea.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Hola Dulciii.

Quría haberte contestado a este mensaje diciéndote que tienes toda la razón; sobre todo en lo que dices en los dos últimos párrafos, con esa crítica tan real te quedas corta.

Y lo peor es que mientras nos quieren hacer tragar ruedas de molino con lo bien que va la economía, y que ya salimos de la crisis. Si, este ministro de economía Sr. Montoro nos miente cada día y yo creo que se "desayuna" cada mañana con una buena ración de "mariajuana". Y entonces ve túneles con luces, pero ... (ver texto completo)