Pequeños comentarios realizados por José Luis Alonso López, Mayordomo Mayor de la Hermandad de Nuestra Señora del Villar.
La imagen de la Virgen del Villar (siglo XVI) es la titular de la parroquia. Es una imagen en madera policromada, dorada y estofada, de una sola pieza. En la “Relación de los Pueblos de la Diócesis de Cuenca”, de 1575, en respuesta a la pregunta número 48 se dice: “A este capítulo respondieron: que en esta villa hay una parroquia, a lo que alcanza, y se llama Nuestra Señora del Villar”.
Se cuenta que el origen de la devoción a la Virgen del Villar parte del hecho que un labrador del vecino pueblo de Tribaldos se encontraba arando en el paraje que hoy se denomina “San Benito” cuando el arado descubrió de la tierra la imagen en madera de una Virgen. Enseguida fue a avisar a sus vecinos y llevaron un carro tirado por mulas para trasladarla a su pueblo. Al llegar el carro a un cruce de caminos las mulas se detuvieron y no hubo forma de que siguieran caminando hasta que no las dejaron solas, momento en el cual tomaron el camino de Villarrubio. En este paraje existía antiguamente una villa que desapareció durante la Edad Media, y aún hoy se encuentran en la zona restos de las antiguas construcciones, así como monedas de la época romana. Es posible que el nombre que tiene sea por haberse encontrado en el lugar donde estuvo esa villa.
La reina María Cristina de Habsburgo-Lorena, esposa de Alfonso XII, tenía una doncella de Villarrubio. De vez en cuando le regalaba algún vestido que ya no usaba. Una vez le regaló uno muy bonito y le dijo a la reina: “Con este vestido tan bonito le voy a hacer un manto a la Virgen de mi pueblo”, a lo que le contestó la reina: “La Virgen no puede llevar un manto que haya llevado yo antes”, y mandó hacer un manto nuevo de tisú, bordado en oro y plata, que es uno de los más antiguos que aún se conservan.
Durante la Guerra Civil se salvó de ser destruida, ya que los vecinos del pueblo la escondieron en el horno de una yesería. Los mayores del lugar aún recuerdan la magna celebración de la Fiesta de septiembre de 1944 en la que todo el pueblo de Villarrubio participó para honrar a su Patrona, elevando una multitudinaria acción de gracias.
A lo largo de los años ha sufrido varias restauraciones, en las cuales se ha remodelado su cara y se le ha dado la vuelta a la mano derecha, que antiguamente la tenía sujetándose el manto y ahora la tiene vuelta hacia arriba como ofreciéndonos a su hijo. Se conservan fotografías de estos cambios. La última restauración se realizó en el año 1988.
El 13 de Agosto de 1988 tuvo lugar la Solemne Coronación de la Virgen del Villar, como colofón a los actos llevados a cabo durante todo el año Mariano para celebrar el 2000 cumpleaños de la Madre de Dios. Acto al cual acudieron trece pueblos con sus respectivas patronas. La madrina fue la Virgen de Riánsares de Tarancón.
Cabe destacar, también, la tradicional “Cascabelera” que es un conjunto de 21 piezas de plata, formada por cascabeles, campanillas, cuernos y medallas que han sido donadas por los villarrubieros a lo largo de los siglos.
El estandarte fue regalado por Dña. Fortunata Peralta.
Las Fiestas en honor de la Virgen del Villar se celebraban en su origen el lunes de Pentecostés. Posteriormente se trasladaron al domingo de Pentecostés y en el año 1984 fueron trasladadas al segundo domingo de agosto. Cabe destacar el mosaico de flores que ocupa todo el altar mayor, en cuyo centro se sitúa la imagen de la Virgen.
Se conservan un conjunto de cantos y oraciones dedicados a la Virgen del Villar, cuyo origen se pierde en el tiempo. Podemos destacar los tradicionales Mayos (serie de piropos que el pueblo dedica a su Patrona) y las oraciones y los cantos de las Novenas..
La imagen de la Virgen del Villar (siglo XVI) es la titular de la parroquia. Es una imagen en madera policromada, dorada y estofada, de una sola pieza. En la “Relación de los Pueblos de la Diócesis de Cuenca”, de 1575, en respuesta a la pregunta número 48 se dice: “A este capítulo respondieron: que en esta villa hay una parroquia, a lo que alcanza, y se llama Nuestra Señora del Villar”.
Se cuenta que el origen de la devoción a la Virgen del Villar parte del hecho que un labrador del vecino pueblo de Tribaldos se encontraba arando en el paraje que hoy se denomina “San Benito” cuando el arado descubrió de la tierra la imagen en madera de una Virgen. Enseguida fue a avisar a sus vecinos y llevaron un carro tirado por mulas para trasladarla a su pueblo. Al llegar el carro a un cruce de caminos las mulas se detuvieron y no hubo forma de que siguieran caminando hasta que no las dejaron solas, momento en el cual tomaron el camino de Villarrubio. En este paraje existía antiguamente una villa que desapareció durante la Edad Media, y aún hoy se encuentran en la zona restos de las antiguas construcciones, así como monedas de la época romana. Es posible que el nombre que tiene sea por haberse encontrado en el lugar donde estuvo esa villa.
La reina María Cristina de Habsburgo-Lorena, esposa de Alfonso XII, tenía una doncella de Villarrubio. De vez en cuando le regalaba algún vestido que ya no usaba. Una vez le regaló uno muy bonito y le dijo a la reina: “Con este vestido tan bonito le voy a hacer un manto a la Virgen de mi pueblo”, a lo que le contestó la reina: “La Virgen no puede llevar un manto que haya llevado yo antes”, y mandó hacer un manto nuevo de tisú, bordado en oro y plata, que es uno de los más antiguos que aún se conservan.
Durante la Guerra Civil se salvó de ser destruida, ya que los vecinos del pueblo la escondieron en el horno de una yesería. Los mayores del lugar aún recuerdan la magna celebración de la Fiesta de septiembre de 1944 en la que todo el pueblo de Villarrubio participó para honrar a su Patrona, elevando una multitudinaria acción de gracias.
A lo largo de los años ha sufrido varias restauraciones, en las cuales se ha remodelado su cara y se le ha dado la vuelta a la mano derecha, que antiguamente la tenía sujetándose el manto y ahora la tiene vuelta hacia arriba como ofreciéndonos a su hijo. Se conservan fotografías de estos cambios. La última restauración se realizó en el año 1988.
El 13 de Agosto de 1988 tuvo lugar la Solemne Coronación de la Virgen del Villar, como colofón a los actos llevados a cabo durante todo el año Mariano para celebrar el 2000 cumpleaños de la Madre de Dios. Acto al cual acudieron trece pueblos con sus respectivas patronas. La madrina fue la Virgen de Riánsares de Tarancón.
Cabe destacar, también, la tradicional “Cascabelera” que es un conjunto de 21 piezas de plata, formada por cascabeles, campanillas, cuernos y medallas que han sido donadas por los villarrubieros a lo largo de los siglos.
El estandarte fue regalado por Dña. Fortunata Peralta.
Las Fiestas en honor de la Virgen del Villar se celebraban en su origen el lunes de Pentecostés. Posteriormente se trasladaron al domingo de Pentecostés y en el año 1984 fueron trasladadas al segundo domingo de agosto. Cabe destacar el mosaico de flores que ocupa todo el altar mayor, en cuyo centro se sitúa la imagen de la Virgen.
Se conservan un conjunto de cantos y oraciones dedicados a la Virgen del Villar, cuyo origen se pierde en el tiempo. Podemos destacar los tradicionales Mayos (serie de piropos que el pueblo dedica a su Patrona) y las oraciones y los cantos de las Novenas..