Para muchos habrá pasado desapercibido, e incluso no se le de mayor importancia . Pero en un pueblo pequeño, donde los lugares de reunión son escasos, la desaparición de uno de estos centros deja atrás muchas cosas. Muchos días de fiesta, donde el alborozo rezumaba en las paredes; donde llegabas y veías, o esperabas ver a este o aquel, personas que conoces más allá de donde alcanza tu imaginación, y con los que compartias unos bonitos ratos de ocio. Yo no soy mucho de frecuentar estos locales, pero si que he sentido esa sensación de los días de fiesta, de la Navidad o de la Semana Santa, donde el pueblo se multiplicaba como por arte de magia, y donde podías notar el calor de una Sociedad. Quizás ese mismo calor que buscamos los que huimos de la ciudad para acercanos al pueblo, y contagiarnos de esa sensación de familia, de gran familia.
En fin el rana ha cerrado, y en un lugar donde los iconos son cada vez más escasos, esto me apena, porque con el parece que se va una parte de mi propia historia, y porque mi pueblo, cada vez lo es menos. El descansará, pero para mi se va una parte importante de mi pueblo. Simplemente darte las gracias por todos esos ratos que he podido compartir en tu casa.
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En fin el rana ha cerrado, y en un lugar donde los iconos son cada vez más escasos, esto me apena, porque con el parece que se va una parte de mi propia historia, y porque mi pueblo, cada vez lo es menos. El descansará, pero para mi se va una parte importante de mi pueblo. Simplemente darte las gracias por todos esos ratos que he podido compartir en tu casa.
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