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VILLORA: Nos encontramos ya, en término de Víllora ante una...

Nos encontramos ya, en término de Víllora ante una pequeña presa para el riego de las huertas del paraje llamado LA VEGUILLA.

Justo a la izquierda de la presa, en el cerro, se encuentran las ruinas de un asentamiento humano:
DATOS BASICOS
MATERIAL: Cerámica escasa.
CRONOLOGIA: Bronce final Hierro I
ESTADO DE CONSERVACION; Bueno
EXTENSION APROXIMADA: 2.000 m. cuadrados
HIPOTESIS DE IDENTIFICACION: Castellum.

A la derecha de la presa en un cerro algo más alejado existen los restos, al parecer, de un poblado ibérico:
DATOS BASICOS
MATERIAL: inexistente.
CRONOLAGIA: Bronce final Hierro I.
EXTENSION APROXIMADA: 5.000 m. cuadrados
IPOTESIS DE DE IDENTIFICACION. Castellum.

En LA LOMA DEL RODENILLO, al norte del término de Víllora, tene-mos lo que pudo ser, sin lugar a dudas, un segundo poblado ibérico. En principio la información que poseíamos de este lugar eran las referencias de los pastores que hacían majada en el y que recuerdan la existencia de construcciones del mismo tipo que las del Castillo de la Veguilla, pero mu-cho mayores y afirman, que mas de la mitad del poblado fue destruido para transformar la loma en tierra de labor, amontonando las piedras sobre la parte del poblado. que quedo, y que posteriormente la piedra fue utilizada para hacer casas y otros usos agrícolas.

Comenta Félix Macias: En la primera visita a este yacimiento vimos los restos de un aljibe, sin lugar a dudas, y cerca de él los cimientos de lo que pudo ser una, torre cuadrada, imprescindible en ese punto para facilitar la comunicación con Villar del Humo. De ser así, tendríamos completa esta línea de comunicación con Villar del Humo, con San Martín de Boniches, y con Enguídanos, gracias a la atalaya del GUILLÓN en la vega de Víllo-ra,

Félix R. Macias, entre otras cosas dice lo siguiente: “... cuando el río San Martín llega a las cercanías de Víllora, se abre en la vega más amplia de todo el recorrido. Es utilizada como la principal zona de cultivo en la ac-tualidad [1994] combinándose cereales, viñedos y huertas. Localizamos aquí el que sin duda es el yacimiento más interesante de todos. [...]

Una vez estudiado el material cerámico, entregado en el Museo Provincial de Cuenca y cumplidos los tramites reglamentarios en Toledo, decidió, D. Félix, visitar los yacimientos para comprobar su estado de conservación. Nos acompañó una persona mayor, de oficio pastor de ovejas toda su vida, decía saber que existían más ruinas cerca del “Castillo de la Veguilla” y mucha cerámica en el Guillón, y una majada en Peñuelas blancas.
Fue cierta la información de nuestro guía, pero nuestra atención se centro en el “Cerro del Guillón” siendo visitado.

Transcribo la opinión del Arqueólogo un mes después:
Frente al yacimiento de “La Mezquitilla” en un cerro de ladera muy abrup-ta y cima agudísima aparentemente poco apropiada para el asentamiento humano, descubrimos fragmentos de cerámica con una abundancia inusual para la zona. La fortísima erosión y lo escarpado de terreno ha facilitado la dispersión de los fragmentos por toda la ladera y ha provocado su pésimo estado de conservación.

El estudio minucioso de este material esta aún en marcha, ya que como consecuencia de la mala conservación de los fragmentos resulta complejo datarlos sin dudas. Es indiscutible la presencia de materiales de la Segunda Edad del Hierro de tipo celtibérico, pero junto a este tipo y en mucha ma-yor cantidad aparece cerámica común de datación amplísima e incluso al-gunos fragmentos que pudieran ser medievales.

No hemos sido capaces de apreciar restos de hábitat y realmente resulta difícil imaginar que pudiera haberse dado en una cima tan abrupta o una cima tan estrecha. No obstante, la abundancia de material cerámico delata su existencia

Descendiendo deL Guillón por la empinada ladera, cruzando la carretera y el río, ambos al píe de “El Guillón” se entra en La Vega, donde se encuen-tra el cerrito de “La Mezquitilla” a unos cien metros del río.

El yacimiento se articula en una serie de terrazas con muy poca diferencia de altura. Las terrazas se inician en la falda de un pequeño montículo [“La Mezquitilla” propiamente dicha] de unos 800 m. s. n. m. y van descendiendo suavemente [...] que salva un desnivel de unos diez metros hasta la terraza actual del San Martín.