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ALBARES (Guadalajara)

Restos Iglesia de Aradoñiga. (La Virgen)
Foto enviada por FG

Se dice que en ese palacio se oyen pisadas y que existe una silueta humana deambulando por los pasillos y salones del antiguo Palacio. Pero aquí no acaban las leyendas de este pueblo fantasma...
El único testigo de aquél trágico pasado sigue siendo el Palacio del Marqués de Ayamonte, en cuya fachada, a uno y otro lado del balconaje, hay coronas del marqués, bajo las cuales figuran los escudos.
Por estas acusaciones es sentenciado a la "pena de muerte a cuchillo". Su cabeza fue cortada.
El comienzo de los sucesos parece tener un hecho concreto: en el año 1640, Don Francisco Manuel Silvestre de Guzman y Zuñiga, sexto marques de Ayamonte, es acusado por instigar una conjura separatista apoyando la secesión de Andalucía y de entregar unos documentos que hicieron abortar la reintegración de la corona portuguesa a España.
Se dice que por sus calles cabalga un jinete con una armadura de la edad Media, un espectro que cabalga algunas noches en la zona alta del pueblo.
Desde hace años han ocurrido en sus calles fenómenos extraños que mantienen en vilo a sus habitantes. Los rumores no son sólo historias y leyendas, existen en hechos reales.
Sus calles estrechas y sus casas encaladas inspiran sospechas y temores cuando paseas por el pueblo. El sentimiento de que una extraña fuerza invisible te acompaña es contínuo
El pueblo fantasma del marqués de Ayamonte
Situado en la provincia de Huelva, cerca de la frontera lusitana, Ayamonte es uno de los "pueblos fantasmas" más misteriosos y desconcertantes de España.
AYAMONTE (Huelva - España)
Hoy día el pueblo está desierto, sin vida. Sólo están las ruinas tal y como quedaron después de aquella guerra civil de 1936.
Un trozo de techo se desplomó, justo encima del lugar donde habían estado grabando...
Fue en ese preciso instante cuando la misma voz, con un tono enojado e impaciente, empezó a gritarles que se fueran. " ¡Largo de aquí! ¡LARGO!"
Alarmados, todos abandonaron la iglesia.
Entraron y antes de empezar las grabaciones oyeron una voz masculina que, con un fuerte acento baturro, decía “Sacadme de aquí... Sacadme de aquí... ¡SACADME DE AQUÍ! Emocionados, todo el grupo empezó a enchufar las grabadoras y a tomar notas, haciendo caso omiso de lo que la voz les decía.
Se cuenta que un grupo de parapsicólogos había ido a Belchite a investigar e intentar grabar algo realmente esclarecedor. Después de pasear por el pueblo buscando sitios inquietantes dónde empezar a grabar, se decidieron por la iglesia ya que ésta había sido la prisión improvisada de los soldados cogidos del otro bando.
Pero, cómo ya hemos dicho, la mayor muestro de la maldición de Belchite son la gran cantidad de psicofonías conseguidas allí: desde voces humanas que gritan, súplicas de ayuda o de piedad o, incluso, un avión dejando soltar una bomba y el estruendo de la misma.
Pero entre todas las leyendas que existen del pueblo de Belchite, hay una que es extremadamente terrorífica: