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ALBARES (Guadalajara)

Hola Gatitas
Foto enviada por Manuel de Burgos

Por eso, Dunstant le encadenó y le torturó moldeando las herraduras con hierro fundido sobre sus pezuñas. El diablo sufrió tanto que, a cambio de que cesara el tormento, prometió que nunca haría daño a quien usara una herradura como protección.
Una leyenda cuenta que en el año 959 un herrero llamado Dunstant recibió la visita de un ser que le encargó unas herraduras para sus pies, que se parecían a pezuñas de cabra. Aquel detalle le hizo sospechar que era el demonio.
19. Herrar al diablo
Según reveló Paul Scott en su libro "Los Blair, una relación especial", Cherrie, la esposa del ex primer ministro británico, consultaba a una vidente, a la que le enviaba una uña del dedo gordo de su marido, para que leyera el futuro en ella.
18. La uña de Tony Blair
Que no esté nunca más separado de Él. Ofrezco la completa sumisión a mi Señor a cambio de la alegría eterna por una vida a prueba en la tierra”.
A. J. Krailsheimer cuenta en su libro "Pensées: Blaise Pascal" que en 1645 este pensador, físico y matemático sufrió un ataque de misticismo, tras el cual cosió en su chaqueta un papel con una oración que le protegería de las malas influencias: “Jesucristo, Jesucristo. He huido y renegado de Él.
17. Una oración oculta
Por eso lucía un anillo que tenía grabado el número 13, y en una ocasión en la que alguien del público le lanzó una “bicha” muerta (una culebra, símbolo de mala suerte), desafió al infortunio atándosela al cinto. Pero en la intimidad, y antes de cada corrida, el Gallo le rezaba trescientas oraciones a las estampas religiosas que llevaba en una capilla portátil.
Muchos matadores cultivan rituales para alejar el “mal fario”, pero se dice que el caso más sorprendente fue el de Rafael Gómez Ortega, “el Gallo”. Al diestro le gustaba alardear de que no era supersticioso.
16. Fetiches en el ruedo
Actuó vestido de amarillo (para los franceses, el traje era verde) y en plena función sufrió un ataque. Falleció a las pocas horas.
A los actores españoles el color amarillo les da “mal rollo”. La razón que aducen viene de 1673, la representación de la obra de Molière, "El enfermo imaginario". El autor se reservó el papel principal, pese a que él sí estaba enfermo de tuberculosis.
15. Un color que mata
El combinado galo ganó todos los encuentros, pero surgió un imprevisto: Barthez no podía participar en la final por las tarjetas acumuladas. Aun así, antes del partido bajó al césped para que su amigo le besara la reluciente testa. Y se llevaron la Copa del Mundo.