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ALBARES (Guadalajara)

Pinturas, en casa de Marce e Isidora
Foto enviada por FG

En agosto del 2008 se celebró una exposición sobre “Las Caras de Belméz” en la Biblioteca de Bélmez de la Moraleda, en la que se hizo un recorrido por la historia de los rostros desde que aparecieron en el año 1971.
Aunque la casa permanece cerrada desde que murió la dueña, su hijo la enseña voluntariamente cuando puede.
Algunos diarios incluso acusaron al ayuntamiento de la localidad de haber fabricado las caras en esta nueva casa al no conseguir explotarla turísticamente.
Todavía sigue el misterio en torno a este fenómeno que algunos acusan de fraude y otros de todo un enigma.
María Gómez, la propietaria de la casa, murió en el año 2004, y tras su muerte, surgieron nuevas caras.
Para demostrar que la manipulación humana jamás existió en este fenómeno, se precintó la cocina de la casa bajo orden notarial, y cuál fue la sorpresa de dicho notario cuando comprobó que nuevas caras habían surgido tras el precinto.
Ante los extraños fenómenos que no paraban de manifestarse, algunos sectores de la población, como el eclesiástico, intentaron demostrar el fraude de las caras.
Voces como “es que yo sigo enterrada” ó “Germán pica patio, levanta cemento” fueron registradas en los magnetofones.
Fueron muchos los periodistas y parapsicólogos que se interesaron por el tema, entre ellos el prestigioso parapsicólogo Germán de Argumosa, el cual acompañado de un equipo, registró una serie de psicofonías escalofriantes.
Y es que, parecer ser que, en tiempos pasados allí existió un cementerio.
Para ello se excavó el suelo de la casa y cuál fue la “terrible sorpresa” cuando aparecieron restos de huesos de personas allí enterradas.
Una vez que el fenómeno vió la luz, se intentó buscar una causa que lo justificara.
Tras el fallido intento de destrucción de dicha cara, ésta volvió a aparecer diecisiete días después ante el asombro del matrimonio.
Todo comenzó en el año 1971, cuando en el interior de la humilde casa de la familia Pereira, apareció un extraño rostro en el suelo de la cocina ante la atónita mirada del matrimonio que no daba crédito a lo que allí estaba sucediendo.
Como Antonio me ha comentado iba a llamar a Aurora hija de Isidora, te envio un saludo. Estas cosas de Albares gustan. Y si son tuyas más. Siguenos. Nuevamente un saludo.