El aislamiento de tantos años en una larguísima posguerra nos permitió disfrutar del
fútbol, pero no de sus éxitos. Había fútbol en las botas de los futbolistas españoles, pero faltaba 'el otro fútbol', aquel intangible que nos apeaba una y otra vez en cuartos de final. Se acabó la maldición después de un gozne de siglo cargado de Copas de Europa de clubes, Intercontinentales, supercopas... Y lamentos con la selección.