Pero nadie vendrá a rescatarte, nadie cortará tu rama. Tú eres el mago.
No puedes descubrir nuevos mares... a menos que tengas el coraje para volar.
Nos conformamos con lo que tenemos, creemos que es lo único y posible, y aprendemos a vivir desde la resignación.
Tenemos sueños, queremos resultados, buscamos oportunidades, pero no siempre estamos dispuestos a correr riesgo, no siempre estamos dispuestos a transitar caminos difíciles.
Fácil mi rey, sólo corté la rama, y el halcón voló, se dio cuenta que tenía alas y se fue a volar.
¿Tú hiciste volar al halcón?, ¿Cómo lo hiciste?, ¿Eres mago?
Intimidado el campesino le dijo al rey:
El rey le preguntó:
Su corte rápidamente le presento a un campesino.
El rey le dijo a su corte, traedme al autor de ese milagro.
A la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente por los jardines.
Entonces decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa, a la persona que hiciera volar al halcón.
Al día siguiente por la ventana, el monarca pudo observar, que el
ave aún continuaba inmóvil.
El rey mandó llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacer volar el ave. Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió.
Pasando unos meses, el maestro le informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente pero que al otro no sabía que le sucedía, no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día que llegó.
Un rey recibió como obsequio, dos pequeños halcones, y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara.