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ALBARES (Guadalajara)

Tumba de Félix Alcalá Galiano
Foto enviada por FG

Sin embargo, y de forma indiscriminada, los Izquierdo dispararon por las calles del pueblo de Puerto Hurraco, convirtiéndole para siempre en el paradigma de la España negra.
La matanza de Puerto Hurraco, que conmocionó a la sociedad española el 26 de agosto de 1990, donde fueron asesinadas nueve personas -Dos de ellas niñas de 12 y 14 años - y heridas otras seis, se fraguó por la obsesión de los hermanos Izquierdo en vengar la muerte de su madre en un incendio, culpabilizando de ello a Antonio Cabanillas, un hecho que nunca se pudo demostrar.
A ambas se les diagnosticó un proceso paranoide con trastorno delirante compartido, después de haber sido absueltas en el juicio, aunque se les obligó a ser internadas en esa institución.
La única vez que Antonio Izquierdo salió de la cárcel tras su condena fue el pasado 15 de diciembre de 2006 para asistir al entierro en Mérida de su hermano Emilio, porque un año antes no había acudido, por el contrario, a ninguno del de sus hermanas, Luciana y Ángela, que habían permanecido quince años internadas en el Hospital Psiquiátrico de Mérida, donde fallecieron.
De una personalidad tildada como de "muy primitiva y violenta", ambos hermanos, muy unidos entre sí, fueron considerados siempre como presos incómodos, de personalidad oscura, y muy desconfiados del resto de los presos, con los que nunca se comunicaban.
No tardarían mucho en aparecer idénticos problemas y para evitar conflictos, fueron enviados a la prisión de Almería en 1994 para ya a petición propia regresar finalmente a la de Badajoz.
Tras permanecer unos días en la cárcel de Badajoz, fueron trasladados de urgencia al a de Córdoba por el rechazo de los presos que convivían con ellos.
Antonio Izquierdo y su hermano Emilio (éste falleció de un infarto en la cárcel de Badajoz en el año 2006) fueron condenados cada uno a 344 años de cárcel por la matanza de Puerto Hurraco.
Presos incómodos
El hecho de conocer hace relativamente poco que debía de pasar otros cinco años más en la cárcel pudo producirle, según fuentes consultadas, un fuerte golpe moral.
Además, su comportamiento en prisión desaconsejó, en todos los informes emitidos al efecto, la aplicación del tercer grado.
Precisamente ayer mismo, según confirmar fuentes penitenciarias, Antonio Izquierdo hubiera quedado en libertad si no se le hubiese aplicado la "doctrina Parot", por lo que aún le quedaban por cumplir otros cinco años más de pena.
El suceso se produjo en el módulo de enfermería, adonde fue trasladado de forma preventiva hace algunas fechas debido a que su estado de salud había empeorado en los últimos tiempos, aunque ello no le impedía que saliera al patio a diario, aunque mantenía su actitud de no relacionarse con ninguno de los otros presos, como durante los últimos 20 años que ha estado ingresado.
El médico de la prisión sólo pudo certificar su fallecimiento.
Los funcionarios de prisiones se encontraron a las dos de la madrugada el cadáver del interno, que se había colgado de la reja de la ventana utilizando trozos de sábana anudados.