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ALBARES (Guadalajara)

Tumba de Félix Alcalá Galiano
Foto enviada por FG

Alicia, sin darle tiempo ni para respirar, retrucó: Mamá no se va a enterar a menos que alguien se lo diga- y agregó-Espero que cierres tu enorme bocota. Jura con la mano en el corazón que no se lo vas a contar- dijo solemne.
A Susy, la menor, la nombraron secretaria. Ella debía anotar prolijamente los nombres y los números de los destinatarios de sus bromas.

Liliana sentenció compungida: - Mamá nos va a retar, Nos va a poner en penitencia hasta fin de año-
Alicia era la que más disfrutaba. De pronto dijo: -Llamemos a ver que contestan-

Y se reunieron todas en torno al teléfono con una sonrisa cómplice.
Mientras estaban tan dedicadas jugando a la manicura, Pato vio la Guía Telefónica y comenzó a ojearla buscando apellidos que le causaran gracia. Así descubrieron apellidos como Gallo, Gordo, Gavilán, Castillo, Rojo, etc. Y no paraban de reírse imaginando chistes graciosos
Las chicas estaban felices y en cierta manera se sintieron adultas.

Dejaron las muñecas e incursionaron en el tema maquillaje utilizando el rouge y las sombras para ojos que encontraron. Luego se limaron las uñas y se aplicaron distintos tonos de esmalte.
El departamento era seguro y se conocían todos los vecinos, las niñas sabían comportarse y jamás tuvieron problemas, así que estaban ansiosas por vivir una nueva experiencia quedándose solas por dos o tres horas.
La más chica era Susy, tenía once años. La más grande Alicia, tenía catorce. Lily y Pato tenían doce años.
Por esa razón, un día los dos matrimonios decidieron ir juntos al teatro y dejar a las cuatro niñas jugando en el departamento.
Alicia y Liliana eran hermanas y primas hermanas de Patricia y Susana. Las cuatro además de primas eran amigas. Les encantaba jugar juntas. Se disfrazaban, un día se convertían en cocineras, otro en maestras y otro en enfermeras. La verdad es que las cuatro primas se entretenían sin molestar y sin pelearse durante horas.
Esto ocurrió en esos tiempos.
Las llamadas equivocadas y las ligadas eran frecuentes. Tampoco quedaban registradas las llamadas y el contestador automático no se había inventado. Eran otros tiempos…
Esos teléfonos eran grandes, de color negro. Tenían un disco giratorio en el frente donde estaban todos los números del cero al nueve. Para hacer una llamada había que colocar el dedo en el número correspondiente y hacer girar el disco hasta el tope número por número.
Era muy común que los vecinos prestaran sus aparatos y hasta recibieran llamadas para sus vecinos cercanos.
Cuando era chica, no existían los teléfonos celulares ni las computadoras. Es más, en algunos barrios la mayoría de las casas no tenían teléfonos.
El Juego del Teléfono