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ALBARES (Guadalajara)

Toro de Osborne
Foto enviada por IR

Hoy, 50 años después de que se erigiese el primero, son más de 90 los Toros de Osborne que pastan por España. Incluso han seguido la tradición colonizadora y sus descendientes han llegado a México.
En diciembre de 1997, el Tribunal Supremo se sumaba a la "amnistía" a los carteles, declarando las siluetas parte del patrimonio cultural y artístico. La sentencia dejaba claro que "ha superado su inicial sentido publicitario y se ha integrado en el paisaje y debe prevalecer, como causa que justifica su conservación, el interés estético o cultural, que la colectividad le ha atribuido".
Sorprendentemente en diciembre de 1997, el Tribunal Supremo de España concedió amnistía a los carteles, declarando las siluetas parte del patrimonio cultural y artístico del paisaje español y de sus gentes.
Comprometidos por mantener la unidad de la manada, los ciudadanos españoles exigieron que El Toro de Osborne permaneciese como parte integral del paisaje del país
Más concretamente, la Junta de Andalucía hace declaraciones en este sentido el 13 de Octubre de 1994. Navarra manifiesta que mantendrá los Toros instalados en sus carreteras al no ser aplicable la ley del MOPTMA, al amparo de la Ley Foral que rige esta comunidad.
Varias Comunidades Autónomas, a través de sus Consejerías de Cultura, se pronuncian a favor del mantenimiento del Toro de Osborne en sus carreteras.
Motivados por la extendida pasión por los carteles, cientos de municipios ofrecieron incluso su propio terreno, como residencia para los Toros, “desterrados” por la nueva normativa
En el mes de septiembre de 1994, a raíz de la publicación en el BOE del Reglamento General de Carreteras del MOPTMA (Ministerio de Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente), los medios de comunicación se hacen eco de la amenaza que se cierne sobre la silueta del Toro de Osborne colocada en las carreteras españolas
Entre 1990 y 1994 asociaciones y particulares incluso celebraron recogidas de firmas para convertir al toro en "símbolo cultural y artístico" de los españoles y salvarlo de la persecución a la publicidad exterior.
Diversas iniciativas desde organismos públicos y oficiales y privados consiguieron el indulto de la figura con una sentencia que era favorable a mantener la figura del toro.
Osborne opta entonces por eliminar la rotulación publicitaria Osborne-Sherry & Brandy para sortear la ley y mantener la silueta negra.
En 1988, una nueva ley prohibió cualquier tipo de anuncio en las autopistas públicas españolas.
El estirón definitivo llega en 1962 con motivo de dicha ley, obligaron a situar los carteles publicitarios a 125 metros de las autopistas y autovías. El toro vuelve a los corrales pero para dejarse ver por encima de la tapia crece hasta alcanzar los 14 metros de altura.
La primera se aprobó en 1962. Una nueva ley sobre publicidad en carreteras fijó que todo anuncio estuviese a 125 metros de distancia de las vías.
La publicidad funcionaba y justo entonces ocurrió algo que la convertiría en leyenda del sector: empezaron a llegar las "amenazas" en forma de normativa.