Escobar creó a dos ex-presidiarios dando un salto en el banco de un parque, con cara de terror y el diario La Vanguardia en sus manos. El título decía simplemente "Don Jozé".
Posteriormente su colaboración se amplió a otras revistas: Papitu, L'esquellot, Pocholo, Lean, Dicen, Gutiérrez, TBO, Don José, Cucu, Teleradio, En Patufet, Leyendas Infantiles, Can Can, El coyote, etc...
En 1940, la dirección de la cárcel organizó una exposición de dibujo y pintura entre los reclusos.
José Escobar fue condenado a seis años y un día, de los que cumplió año y medio de condena. En noviembre de 1940 abandona la cárcel bajo régimen de libertad controlada.
Corría el año 1939, Escobar era uno de los reclusos de la modelo de Barcelona, como prisionero político por haber trabajado durante la república para la revista L'ESQUELLOT (El cencerro)
Al mismo tiempo que Walt Disney estaba haciendo su famosa adaptación de La Cenicienta. Escobar hacía lo propio en Estela Films. Walt al enterarse, registró rápidamente el nombre en España, por lo que fué emitida con el título de "Erase una vez" y como subtítulo "La Cenicienta". Esta obra fue galardonada en 1950 con la "Bienale" de Venecia.
Tras la guerra civil trabaja en Dibujos Animados Chamartin, donde el equipo que dirige da vida al "Torito Civilón" que obtuvo el segundo premio del Sindicato del espectáculo.
Ingresa en la Hispano
Grafic Films a las órdenes de Salvador Mestres animando al personaje "Juanito milhombres".
En 1934 se presenta al concurso de cine aficionado del Centro Excursionista de Cataluña un cortometraje en dibujos animados titulado "La ratita presumida" con el que obtuvo el tercer premio. Ingresa en la Hispano.
Escobar creó entre otras obras "Ensayo general" que lleva más de mil representaciones y aún sigue reponiéndose. "Rapto a las seis y media" y "La otra cara de la luna" que recibió en 1965 el premio Lluis Masriera de teatro aficionado.
En los años 20 se formaron grupos aficionados al teatro que crearon los llamados "cuadros escénicos". Escobar perteneció a uno de éstos grupos y debido a su voz grave representaba casi siempre al señor maduro.
A los 14 años era repartidor de telégrafos, y en 1925 aprobaba unas oposiciones a correos, llegando en 1926 a ser oficial de correos en la estafeta de Granollers. Pero como es de suponer esto también acabó.
El Sr. Xifré se dió cuenta del vertiginoso descenso en el stock de pastillas de goma, por lo que decidió enviar el famoso recipiente a las antípodas -creo- porque nunca más se supo del famoso bote.
Como Escobar despachaba, obsequiaba a todas las "niñas" sin ningún tipo de cicatería –todo hay que decirlo- con lo que obtuvo una gran popularidad entre las féminas de su barrio.
En la farmacia había un bote de cristal con una leyenda que decía: "PASTILLAS DE GOMA", con las que el Sr. Xifré obsequiaba a todos los niños que venían a hacer algun recado.
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