Despertaron a tiempo para conducir el set al desempate y en él salvar un punto de partido con un servicio y una derecha de Verdasco.
No se había cumplido una hora de partido y el dúo español ya acumulaba dos sets de desventaja. Debió de ser el orgullo, el miedo al ridículo tras sumar apenas tres juegos de los 15 disputados, lo que les hizo reaccionar en el tercero cuando de nuevo afrontaban un 4-2 en contra.
Pareja consolidada desde aquella tarde en Mar del Plata que siempre les acompañará, lo que siente uno afecta al otro. Lo bueno y lo malo.
Ambos se citaron un día después para el encuentro de dobles, pero para Verdasco seguía siendo viernes. Su negatividad alcanzó a su compañero Feliciano López.