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ALBARES (Guadalajara)

la rue del percebe
Foto enviada por IR

Según cuenta el propio don Hurón en la primera página de la serie, ha sido doña Leonor quien le ha alquilado su infravivienda.
Al pie de la portería se abre el agujero de una alcantarilla que sirve de vivienda a otro de los protagonistas de la página, don Hurón, una de las muestras más claras del humor absurdo de Ibáñez.
A su derecha está el habitáculo de la portera, que muy a menudo se limita a hacer de espectadora o a participar de otros chistes no protagonizados por ella.
Llegamos ya a la planta baja, donde nos encontramos con la tienda de comestibles de don Senén, un desconfiado tendero otro pícaro falto de escrúpulos que no esconde su tacañería ni tiene reparos en timar a sus clientes. siempre encuentra modos de engañar a las clientas con el peso de las patatas y la fruta (aunque a veces le sale el tiro por la culata).
En las primeras páginas de la serie se les podía ver hacinados como sardinas en lata, pero más tarde Ibáñez tiende a dibujar menos personajes para no recargar la viñeta.
A su derecha encontramos la pensión de doña Leonor, que alquila todo el espacio de que dispone su piso y trata de ahorrar dinero a costa de sus pobres inquilinos, siempre varones de mediana edad.
En el piso inferior encontramos la consulta de un veterinario, lo que da a Ibáñez la oportunidad de desarrollar una extensa colección de chistes protagonizados por animales.
Finalmente, el piso será ocupado por un sastre chapucero que no suele dejar satisfechos a sus clientes, pero tiene la suficiente cara dura para no inmutarse ante las reacciones de éstos.
Las deficientes condiciones del piso serán el hilo conductor de los chistes de esta etapa.
Tras haber aparecido en 147 páginas, el personaje se despide anunciando su mudanza por problemas de espacio: proyecta fabricar un monstruo gigantesco.
Nunca tuvimos noticias de su vida posterior.
Por lo tant oIbáñez se vio obligado a substituir el personaje de doctor chiflado, una especie de doctor Frankenstein que creaba monstruos horripilantes pero que siempre le salían buenazos, por un sastre desastre que lo horripilante que creaba eran sus trajes y otras hierbas.
Lamentablemente, este original personaje desaparecerá del edificio en la primavera de 1964 por obra de la censura, que no veía con buenos ojos la presencia de un personaje creador de vida, cosa que como sabemos es una prerrogativa divina
El monstruo pasa a ser un personaje cotidiano en la serie, y muchos gags se centrarán en la relación que establece con su creador.
Aproximadamente en octubre de 1961 comienza a especializarse en la fabricación de monstruos, cuyo aspecto suele parecerse a la imagen clásica de Boris Karloff en la película de 1931 Frankenstein
Inicialmente se dedica a hacer todo tipo de experimentos macabros, siempre con una expresión sádica que con el tiempo se irá suavizando.