Sobre unas grandes láminas de
piedras localizadas junto al encrespado océano Atlántico, el equipo de Carvalho halló la impresión de las marcas, dispuestas de forma paralela y en hilera. "No es fácil descubrirlas en este tipo de
rocas", comentó el paleontólogo, quien atribuyó sus singulares rasgos geológicos a la acción de los sedimentos de las dunas a través de un intenso proceso de acumulación de carbono y de sustratos de arbustos.