En 1967 el Torrey Canyon pasó a la
Historia por dos cosas: ser el primer superpetrolero en poder transportar una carga de 120.000 toneladas de crudo y también ser el primero en hundirse y arrojarlo todo al
mar. Encalló en las Islas Sorlingas, y afectó a las costas del
Reino Unido y
Francia. Fue el primer gran vertido de la Historia y por él se modificaron las normas internacionales de navegación.