En las economías domésticas de las zonas rurales, donde la carne de cordero, cabrito o cochinillo estaban vedadas, salvo en ocasiones muy especiales, solo se comía alguna gallina escabechada, y el
cerdo, en todas sus variantes, constituyeron la despensa durante todo el año de las cocinas de las
casas de los
pueblos, donde se mataba un cerdo o dos.