El supuesto jabalí, no lo era, sino que era un cerdo de color negro que alguien le estaba criando en aquel corral con bellotas.
Ya nos dimos cuenta que la puerta estaba cerrada y un trozo de pared de piedra que estaba roto le habían puesto unos hierros, por lo que no se había metido allí por casualidad.
Cuando ya estabamos cerca, los chicos echaron a correr acercandose al corral y nosostras desde un poco más lejos vimos que dentro había un jabali que es lo primero que pensamos, les dijimos que se retiraran de allí un poco asustadas.
Un corral que hay muy grande con una pared de piedra cerrandole y con varias encinas gigantescas. Pues bien nos dirigimos hacía allí.
Este año, uno de los días de la semana blanca, fuimos a comer al campo un grupo de madres con los niños, la idea era de ir por los corrales que hay por el camino que va a Santa Barbara.
Por aquí también estaban criando un cerdo de los de los jamones de pata negra.
Yo soy más de queso, pero si es el jamóm es iberico, tampoco le hago ascos, si es normal ni le pruebo.
Si pilla J. A. uno de estos jamones, en pocos días da buena cuenta de el, no dejando ni sustancia para el cocido.
Estos están los propios para meterles unos buenos cortes.