Y yo con estos pelos. Es lo que debió pensar Bill Clinton cuando, siendo presidente de los
Estados Unidos, decidió ponerse en manos de sus estilistas mientras estaba dentro del avión presidencial, el Air Force One. Lo malo es que el avión no estaba todavía en vuelo sino en el
aeropuerto de Los Ángeles, y para realizarle tranquilamente el corte de pelo tuvieron que cerrarse dos pistas, algo que no gustó ni a la prensa ni a los usuarios.