"He sido
una persona afortunada,
nada en la vida
me ha sido fácil"
Quien piensa en ganar,
lleva ya un paso adelante"
Según SIGMUND FREUD:
Quien piensa en fracasar,
ya fracasó antes de intentar"
lo cierto de lo equivocado,
simplemente graba y cumple
lo que le es enviado.
Esta historia es una alerta para que filtremos
lo que nos envía nuestra mente,
pues ella no distingue lo real de lo fantástico,
y aceptado por el individuo,
sea positivo o negativo, y que tal acción
envuelve a todo el organismo,
sea en la parte orgánica o psíquica.
El científico consiguió probar que
la mente humana cumple,
al pie de la letra todo lo que le es enviado,
Cuando el científico cerró por completo la válvula,
el condenado tuvo un paro cardíaco y murió,
sin ni siquiera haber perdido una gota de sangre.
Con el pasar del tiempo
fue perdiendo color,
quedando cada vez más pálido.
Mientras tanto el condenado creía que
era su sangre la que estaba disminuyendo.
Cada 10 minutos el Científico,
sin que el condenado lo viera,
cerraba un poco la válvula
y el goteo disminuía.
Al cortar el pulso,
fue abierta la válvula del frasco
para que él creyese que era su sangre
la que caía en la vasija.
Sin que él supiera,
debajo de la cama había un frasco de suero
con una pequeña válvula.
Se le dijo que oiría su sangre gotear en la vasija.
El corte fue superficial y no alcanzó
ninguna arteria o vena,
pero fue lo suficiente para que él sintiera
que su pulso fue cortado.
Hicieron un pequeño corte en su pulso.
Abajo de su pulso,
fue colocada una pequeña vasija de aluminio.