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ALBARES (Guadalajara)

castañera
Foto enviada por IR

Mañana tambien paraguas.
Hoy no aparece nadie.
No creo que pueda estar en la tertulia.
Y eso?
No creo que pueda estar en la tertulia.
Buenas noches RG.
Yo si le había leído pero no me acordaba muy bien.
Yo ví el año pasado un teatro sobre este tema.
Yo si le había leído pero no me acordaba muy bien.
Cuando leo este cuento a M. siempre se me pone un nudo en la gargante que me cuesta un montón leer. El que tenemos nosotras es más largo.
Pero nadie pudo saber las hermosas cosas que había visto, ni en medio de qué resplandor había entrado con su anciana abuela en el reino de los cielos.
- ¡Ha querido calentarse la pobrecita!- dijo alguien.
Cuando llegó el nuevo día seguía sentada la niña entre las dos casas, con las mejillas rojas y la sonrisa en los labios. ¡Muerta, muerta de frío en la Nochebuena! El sol iluminó a aquel tierno ser sentado allí con las cajas de cerillas, de las cuales una había ardido por completo.
Cogió a la niña bajo el brazo, y las dos se elevaron en medio de la luz hasta un sitio tan elevado, que allí no hacía frío, ni se sentía hambre, ni tristeza: hasta el trono de Dios.
Después se atrevió a frotar el resto de la caja, porque quería conservar la ilusión de que veía a su abuelita, y los fósforos esparcieron una claridad vivísima. Nunca la abuela le había parecido tan grande ni tan hermosa.
- ¡Abuelita!- gritó la niña-. ¡Llévame contigo! ¡Cuando se apague el fósforo, sé muy bien que ya no te veré más! ¡Desaparecerás como la chimenea de hierro, como el ave asada y como el hermoso nacimiento!
Todavía frotó la niña otro fósforo en la pared, y creyó ver una gran luz, en medio de la cual estaba su abuela en pie y con un aspecto sublime y radiante.