Realizó los diseños de la Basílica de
Santa María la Real de Covadonga de estilo neorrománico, que contrastaban con el proyecto original de Ventura Rodríguez de diseño clasicista y que contaba con el apoyo del Cabildo. En su construcción, iniciada en 1877, al no tener los conocimientos de
arquitectura necesarios, tuvo que ceder su puesto al arquitecto Federico Aparici, sin embargo pudo dirigir las obras de la cripta.