Es una
fiesta que data de principios del siglo XVII con una marcada simbología pagana. Los más jóvenes, vestidos con ropas estrafalarias y con maquillajes llamativos, tendrán el poder durante unas horas, mientras participan en las divertidas charangas. Por la
noche se celebra el tradicional
Baile de los Locos, donde casi todo está permitido y, además de la
música, la picaresca es la gran protagonista.