Prueba de ello es la cita en la
Puerta del Sol madrileña a la que acuden miles de personas. La
plaza, iluminada por la decoración navideña, recibe desde horas antes de la medianoche a los que desean celebrar el cambio de año. Poco a poco, el lugar se va llenando de gentes venidas de todas partes, algunos ataviados con gorros de Papá Noel, disfrazados con pelucas imposibles o extraños sombreros -que pueden adquirirse en los puestos navideños de la Plaza Mayor- o cantando villancicos.