Conservamos las fórmulas originales transmitidas de padre a hijo con gran secreto.
Durante más de 125 años, cuatro generaciones de la familia Cordomí hemos luchado por seguir con este oficio tan dulce.
La etapa actual cuenta con la creación de nuevas variedades de bombones y su original bautizo. La primera persona que entra en la tienda prueba el bombón, le pone nombre y en un libro se anotan todas las explicaciones y la fecha de nacimiento del bombón.
Renobamos la imagen de Blasi y recuperamos las antiguas fórmulas a partir de materias de la mejor calidad.
En el año 1995 con la colaboración de mi mujer, Montse Pagés, tomamos la difícil decisión de continuar la historia del chocolate Cordomí. Reabrimos la fábrica, pensando en hacer un negocio pequeño y artesanal.