Se trata de la película más barata de la
Historia. El presupuesto se destinó a
comprar café, té y palancas (claves en la trama). Se rodó con dos cámaras domésticas y fue montada en la oficina del director, usando programas de edición básicos. En cuanto a los actores, tiraron de
amigos, amigos de amigos y gente que se unió por Facebook y MySpace.