Luz ahora: 0,13177 €/kWh

ALBARES (Guadalajara)

Abanico de Gloria
Foto enviada por Jose

El hecho de que el cambio sea el fin de semana tiene como objetivo facilitar la adaptación.
Aunque se originan cambios a diario de forma natural con la sucesión del tiempo, éstos entran dentro de lo que se denomina ritmo circadiano, que apenas produce alteración en el ser humano. El problema surge cuando el cambio es más brusco.
Si el estímulo luminoso cambia, también lo hace la reacción de esta zona del cerebro. "Hay un cambio orgánico en respuesta al cambio de luz", señaló este científico.
La retina percibe los cambios en la luz y envía la información al hipotálamo, cuya respuesta se traduce en la producción de una serie de hormonas.
Martínez apuntó que el cambio trae consigo una modificación en las horas de luz que, aunque pequeña, no pasa desapercibida para el cerebro humano, y asegura que la causa está en un cambio de los niveles de hormonas que se producen en un núcleo del cerebro denominado hipotálamo.
Los efectos son más perceptibles también en aquellos que tienen algún tipo de trastorno psicológico (esquizofrenia, bipolar, etc).
En los niños se ha demostrado que se pueden producir cambios en el comportamiento, tales como una disminución de la atención, mientras que las personas mayores pueden sufrir alteraciones del sueño.
Ricardo Martínez Murillo, investigador del CSIC en el Instituto Cajal, también afirmó que con la adopción del horario de invierno el organismo necesita uno o dos días para adaptarse, aunque todo dependerá de la persona.
Respecto a la población infantil, el doctor Martín indicó que el hecho de que el cambio se produzca en fin de semana, lo que suele ocurrir es que al niño se le prolonga una hora el tiempo de vigilia, "y esto simplemente puede ocasionar que llegue al final del día un poco más cansado, pero la adaptación es rápida".
"El hecho es que anochece antes y por ello las actividades sociales por la tarde apetecen menos, realmente este cambio define, por así decirlo, el inicio de una vida más casera, se sale menos", subrayó.
El psicólogo apuntó que las consecuencias del cambio horario en invierno tienen más repercusión a nivel social que biológico.
"Todo tiene que ver con los biorritmos, y en este caso, el cuerpo tarda en adaptarse a los nuevos horarios muy poco tiempo, ya que no perdemos horas de sueño y por lo tanto el cambio no es importante. Estamos además hablando sólo de una hora".
Martín del Castillo destacó que el cambio al horario de verano es más notorio que el de invierno, porque en aquel caso se pierde una hora y en éste se gana.
Los relojes se atrasan esta madrugada una hora para dar inicio al horario de invierno, un cambio que, según asegura el psicólogo Marcos Martín del Castillo tiene unos efectos "mínimos" en la población y, "en todo caso, la adaptación dura dos o tres días como máximo".
La adaptación al cambio de hora dura tres días como máximo los efectos son más sociales que biológicos