Después que terminó la aparición: uno de los espectadores aproximó a la mano de Bernardita la llama de la misma vela encendida, y ella exclamó: " ¿Oh que quiere usted, quemarme?. Los que estaban ahí gritaban: "se quema". Pero ella permanecía inmóvil. Un médico que estaba cerca de Bernardita sacó el reloj y comprobó que por mas de un cuarto de hora la mano estuvo en medio de la llama, sin hacer ella ningún movimiento. Todos gritaban ¡milagro! El medico comprobó que la mano de Bernardita estaba ilesa. 5 de Abril: El día lunes de Pascua, volvió a la gruta, rodeada de una verdadera multitud de personas que oraban con ella. Bernardita arrodillada como era de costumbre habitual, tenia en la mano izquierda la vela encendida que le acompañaba en todas las ocasiones y la apoyaba en el suelo. Absorta en la contemplación de la Reina de los cielos, y mas sabiendo ahora con seguridad que era la Virgen Santísima, levanto sus manos y las dejo caer un poco, sin percatarse que las tenia sobre el extremo de la... El sacerdote comprobó que Bernardita no se había engañado, era ella, la Virgen Santísima, la soberana Madre de Dios quien se le aparecía en la Gruta Cuando el párroco oyó el relato de Bernardita, quedó asombrado. ¿Como podía una niña sin ninguna instrucción religiosa saber el dogma que solo unos cuatro años antes había la Iglesia promulgado? En 1854, el Papa Pío IX había definido el dogma de la Inmaculada Concepción.