Al llegar a Don Sabino Fernández Campo, le comentó si Su Majestad el Rey había dicho algo al respecto. Don Sabino le contestó: "A Su Majestad el Rey le ha gustado mucho pero lamenta que no hubiese leído ese párrafo tan hermoso una tercera vez". Ligeramente abochornado, por lo ocurrido delante de tanta gente, y con mucha cautela, trató de ir averiguando las impresiones de los presentes ante tal error o equivocación. Pero un error se debió deslizar en esta colocación dando lugar a que el presidente del centro cultural leyera de nuevo una parte del discurso, por segunda vez. El mal rato que pasó, seguramente no se le puede desea a nadie, pero siguió adelante con su discurso. Durante la lectura del mismo, y debido a los nervios, se le descolocaron algunos folios del discurso, tratando de ordenarlos de forma nerviosa y apresurada La persona al frente de este centro cultural, poco ducho en recepciones de estas características, pronunció un discurso hecho a medida para la ocasión y dirigido a los Reyes de España.