Vemos así que no siempre el saber popular es acertado, puesto que estas prácticas violentas entre los géneros deben ser erradicadas y condenadas socialmente. El refrán es reflejo de esto, comparando el trato que debe darse a una mujer con el dado a una bestia poco obediente, a la que solo se la puede someter a palos. El abuso de la fuerza del hombre, no hacía más que encubrir la propia debilidad, los cuales muchas veces pagan sus frustraciones con sus “compañeras”. Por suerte, en algunas culturas, la igualdad entre hombres y mujeres es un hecho, o al menos se intenta. Lamentable muestra de cómo han sido las relaciones entre hombres y mujeres durante siglos, y continúan siendo en algunas partes.