La saturación en la zona de Cogolludo desplaza a los micólogos aficionados hacia la Sierra de Pela después de arrasar los setales. Los setales de la zona de Cogolludo, después de mucho tiempo de explotación, están destrozados y pisoteados. Los pueblos de la Sierra norte, paralelamente, han visto aumentar considerablemente la afluencia de visitantes. Normalmente, el precio del kilo de seta de cardo en la zona de la Sierra de Pela sobrepasa los 20 euros. Fuera de temporada, puede alcanzar los 120 euros. Los restaurantes de la comarca, son los habituales compradores de este preciado alimento. Suelen tener los arcones llenos con cientos de kilos de setas congeladas. De esta forma, pueden mantenerlas en la carta durante todo el año. Lo que parece evidente es que este interés creciente de “seteros” ha provocado, desde hace ya años, la creación de un mercado negro de las setas en Guadalajara. La variedad de estos hongos silvestres es múltiple, pero destacan por su valor las setas de cardo, que salen en las praderas y terrenos calizos; los níscalos, que están vinculados a los pinares; y los boletus en las serranías. En Tamajón se forman caravanas de coches que luego acaban transportando níscalos. Igual que en la carretera de Cogolludo, donde es habitual encontrarse hileras enteras de vehículos cuyos dueños aparecen provistos de cestas de mimbre, a la antigua usanza, lanzándose a la búsqueda del hongo perdido.