En Si lo sé no vengo todos los protagonistas del programa tenían un mote característico: Virginia Mataix era la chica de enfrente; Jordi Hurtado era “el enterao”; González y González eran los forzudos del sótano y se encargaban de llevar en volandas al concursante; las azafatas eran las vecinitas de arriba; Rafael Blanch era el incansable vecino del piano; y al participante se lo conocía como “el osado concursante”.