La cena tuvo un gran éxito. Al término de la misma, entrada la noche, los invita-dos se fueron despidiendo sin dejar de felicitarla efusivamente, sobre todo por la mous-se de salmón. Cuando hubo partido el último coche y cerraron las puertas del jardín, el matrimonio reparó de pronto en que su gato estaba junto al porche, tieso y muerto.