El pequeño de los hermanos Baldwin se acaba de declarar en bancarrota al no poder hacer frente a la hipoteca de una mansión que compró en 1997 por más de medio millón de dólares de la época. Aunque ahora la casa se ha revalorizado en un millón de dólares no es suficiente para sacar del apuro al actor, que ha tenido que solicitar una segunda hipoteca en uno de los peores momentos.