ALBARES: Pero no son las manos las que me preocupan, dijo el...

Pero no son las manos las que me preocupan, dijo el Señor, son los tres pares de ojos que este modelo debe llevar, un par que mira a través de las puertas cerradas, un par en la parte de atrás de la cabeza que adivina cualquier peligro y, por supuesto, un par en la frente que ve cuándo el hijo comete un error, y lo ve y le dice sin hablar: "entiendo y te quiero hijo".