El lago Ness es una gran falla geológica de aproximadamente 40 kilómetros de longitud por unos 2 kilómetros de anchura (en su parte más ancha 2.8) y muy profunda (en varios alcanza los doscientos veinticinco metros), rellena con el agua dulce que le suministra el río Ness que desemboca no lejos de uno de sus extremos.