![Biblioteca Pública Municipal: Princesa Andrea](/fotos_reducidas/5/1/0/00404510.jpg)
Entonces se giró y vio que el asiento de atrás estaba vacío.
- ¿¡Qué demonios...!? -murmuró para sí el doctor.
La chica no se podía haber caído del coche, ni mucho menos haberse desvanecido
- ¿¡Qué demonios...!? -murmuró para sí el doctor.
La chica no se podía haber caído del coche, ni mucho menos haberse desvanecido