Tras interpretar a la Princesa Leia, se introdujo en los círculos de Hollywod y se casó con el cantautor Paul Simon. Sin embargo, su matrimonio duró menos de un año. Además, fue premiada por su primera novela, una historia de ficción donde exorcizaba su adicción al alcohol y las drogas. En 2003 acogió en su casa a James Blunt, ejerciendo de terapeuta "para que sacara toda la basura que había acumulado en sus años de soldado".