El niño fue sometido a 325 intervenciones médicas, incluyendo análisis de sangre y tratamientos intravenosos. El menor fue alimentado a través de una sonda y confinado a una silla de ruedas. Según Macfarlane, "nunca sufrió ninguno de esos trastornos o minusvalías y los síntomas de los que hablaba la acusada eran ficticios".
Una vez mas la realidad supera a la ficción, si vemos una pelicula contando este caso pensariamos que esto es imposible.