La verdad es que este número abusivo de días de fiesta no afectaba para nada a los asuntos económicos del Imperio, ya que eran pocos los ciudadanos romanos que trabajaban, tal y como hoy se entiende el trabajo. Para estos menesteres estaban los esclavos que trabajaban por ellos y por sus señores. No es de extrañar que cuando, la expansión de Roma comenzó a ser menor y sobre todo con las invasiones de los pueblos bárbaros se produjera una crisis tal, debida a la carencia de esclavos, que la economía romana se viniera abajo.