Allí, alejada de la frialdad y el rigor de palacio se dice que fue realmente dichosa, al menos durante un tiempo. Cierto es que fue un viaje muy polémico, ya que se rodeó de sirvientes italianos, especialmente de uno, un tal Bartolomeo Pérgami, del cual se decía que era su amante. Esta relación nunca del todo aclarada fue el argumento usado por su marido para pedir la nulidad de su matrimonio.